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Cartas
Sábado 01 de abril de 2023
¿Cambiar de opinión?
Señor Director:
Espero que el intercambio con Carlos Peña, motivado por una columna suya particularmente descalificatoria del Presidente Boric por sus cambios de opinión en materia de seguridad pública, pueda ser de provecho para los lectores.
El punto en discusión no es —como sostiene Carlos Peña en su respuesta de ayer— sobre la trivialidad de los dichos y los hechos en política, sino sobre la legitimidad que tienen las personas, y en especial los gobernantes, de mudar de parecer cuando las circunstancias así lo ameritan. Esa legitimidad nace de la responsabilidad en el ejercicio del cargo.
También ha habido por parte del Presidente un cambio de valoración de los llamados 30 años, que quedó ratificado en su homenaje al Presidente Aylwin.
El Presidente ha dicho que es necesario reflexionar sobre las conductas pasadas. Son muy pocos los gobernantes que tienen el coraje de hablar con la verdad.
Si bien entra dentro del debate democrático recordarle a un gobernante que sus dichos de hoy se apartan de lo que sostuvo o hizo ayer, no hay razón alguna para descalificarlo. Sobre todo, cuando sus nuevas afirmaciones responden a lo que la ciudadanía espera.
Sorprende, además, que se haya vuelto habitual medir con un rasero tan exigente al Presidente Boric y no se aplique igual criterio al ponderar los dichos y los hechos de los líderes opositores.
Pero lo que el país necesita —a mi juicio— no es una interminable rencilla sobre las “incoherencias políticas” de sus dirigentes, sino más bien alentar y apoyar los cambios de opinión cuando ellos son fruto no del oportunismo, sino de la reflexión sincera.
Y ya que estamos a 50 años del golpe militar, como recuerda Carlos Peña, el proceso de renovación socialista surgió buscando desentrañar los errores cometidos que contribuyeron a una tragedia que dividió tan profundamente al país. Si bien Carlos Peña afirma que “algunos” integrantes de mi generación alardeaban con la violencia revolucionaria, podría haber sido más riguroso señalando que esa no fue la actitud ni de Salvador Allende ni de la mayoría de su gobierno. Otros, en cambio, antes de que él asumiera el poder, no solo la proclamaban, sino que la practicaron.
Lo importante es que todos aprendamos del pasado y busquemos el bien del país, aunque a veces sea necesario cambiar de opinión.
José Antonio Viera-Gallo