¿Cuál es la disponibilidad para pagar por un plan de celular que entregue más gigabytes o conexión 5G? Siempre queremos más gigabytes y una mejor conexión, pero ¿estamos dispuestos a pagar?
Aplicamos métodos bien conocidos en investigación de mercados para contestar preguntas como las anteriores, pero aplicados ahora a atributos del sistema de pensiones. Esto permite conocer las preferencias en algunos atributos específicos, como es habitual en las encuestas de opinión, pero también unirlas y evaluarlos en conjunto, tal como se discute una reforma en el Congreso.
Como los distintos componentes de un sistema de pensiones financiable están estrechamente relacionados entre sí, solo con esta mirada conjunta es posible aproximarse al diseño que entregue el mayor bienestar a las personas.
Seguramente a muchos nos gustaría que el Estado nos ofrezca un beneficio que mejore nuestras pensiones, pero el dilema relevante es si, descontada la contribución que tendremos que hacer para financiar ese beneficio, las personas quedarán con un mayor nivel de bienestar.
A una muestra de 920 personas representativas de la población adulta en Chile aplicada por Cadem, se le pidió evaluar sistemas de pensiones con distintos atributos: (i) un aumento de las pensiones (PGU); (ii) una eventual focalización de esta mayor pensión entre quienes han cotizado más; (iii) eventuales beneficios adicionales para mujeres y cuidadores; (iv) opciones de financiamiento vía impuestos generales (IVA) o cotizaciones (que implica no destinar el 6% completo a la cuenta individual); y (v) distintas instituciones administradoras de las cuentas individuales.
El análisis de estas preferencias declaradas entrega importantes resultados. Algunos en línea con estudios previos, otros más novedosos.
En primer lugar, las personas están muy disponibles para financiar beneficios para mujeres y cuidadores. Las ganancias de bienestar que generan estos beneficios más que compensan las contribuciones que debemos hacer para financiarlos.
Segundo, las personas valoran de manera muy significativa una mayor pensión (por encima del mejoramiento de la PGU a $250.000) y también están disponibles para financiar este aumento de pensiones. Este resultado es muy transversal en distintos grupos de edad, sexo y nivel socioeconómico. Para algunos sectores de la población este aumento debiese ser para todos por igual, mientras que una leve mayoría considera que el incremento en la pensión debiese estar focalizado en quienes han cotizado más. Para financiar el aumento en pensiones y los beneficios a mujeres y cuidadores, las personas prefieren que esto se haga con una parte de los seis puntos porcentuales de la cotización adicional, aunque también están abiertos a un sistema de financiamiento basado en impuestos generales.
Tercero, las personas prefieren, salvo por algunos grupos minoritarios, que la cotización adicional que no se destina a financiar los beneficios anteriores (mujeres, cuidadores y aumento de pensiones) vaya completamente a su cuenta de cotización individual.
Y cuarto, las personas no quieren que el Estado, ni menos las AFP, les administren las cuentas del sistema. Las personas optan, en su gran mayoría, por que sean otras instituciones privadas, distintas a las AFP, mientras una minoría prefiere al Estado.
En este sistema de pensiones “óptimo” hay solidaridad y elementos de capitalización individual. El sistema de pensiones “óptimo” descrito genera ganancias en bienestar muy significativas respecto del sistema de pensiones actual y también ganancias respecto del proyecto presentado por el Gobierno. Quizás es hora de escuchar a las personas.
Roberto Izikson
Cadem
Pablo Marshall
Escuela de Administración UC
Rodrigo Valdés
Escuela de Gobierno UC