A las 15:00 horas despegó ayer el avión presidencial con rumbo a Santo Domingo, en República Dominicana. El mandatario Gabriel Boric viajó para participará en la XXVIII Cumbre Iberoamericana, que luego de tres años se realiza de manera presencial, entre hoy y mañana.

El encuentro contará con la presencia de 14 jefes de Estado y dos vicepresidentes, además de la Secretaría General Iberoamericana liderada por el exministro Andrés Allamand. Según consignaron medios como El País de España, no asistirían a la cumbre ni el mandatario brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, ni su par mexicano, Andrés Manuel López Obrador. Los que sí confirmaron su asistencia fueron los presidentes de Argentina, Alberto Fernández; de Colombia, Gustavo Petro; de Cuba, Miguel Ángel Díaz Canel, de Honduras, Xiomara Castro, entre otros.

Según informó Presidencia, Boric sostendrá encuentros bilaterales con sus pares de República Dominicana, Luis Abinader; de España, Pedro Sánchez; el primer ministro de Portugal, António Costa, y con el mandatario de Uruguay, Luis Lacalle. Originalmente se esperaba que durante la visita a Santo Domingo el mandatario pudiera tener una cita bilateral con el Presidente de Bolivia, Luis Arce, o con alguna autoridad de Venezuela que asista al foro, con el objetivo de tratar el asunto migratorio. De todas maneras se espera que el mandatario chileno pueda exponer las dificultades que ha tenido Chile al recibir oleadas migratorias provenientes de Venezuela y Colombia, el sábado, en el plenario de la Cumbre.

Por el momento solo está confirmada la asistencia del canciller boliviano, Rogelio Mayta, y de su par de Venezuela, Yvan Gil, quien asistirá en representación de Nicolás Maduro. Ambos ministros sostendrán reuniones con el canciller chileno, Alberto van Klaveren, quien el pasado lunes dijo que a pesar de los esfuerzos por lograr acuerdos en materia migratoria “este es un tema extremadamente complejo, en donde no hay fórmulas mágicas y en donde tampoco podemos generar expectativas inmediatas”.

Parlamentarios piden “firmeza” ante dichos de Arce

En el marco de la conmemoración del Día del Mar, el Presidente de Bolivia, Luis Arce, se refirió a la recomposición de las relaciones diplomáticas con Chile estableciendo varios puntos (ver nota secundaria). Allí reivindicó la demanda marítima de su país por un acceso soberano al mar (ver nota secundaria), a pesar del fallo de la Corte Internacional de Justicia en 2018, que dictaminó que Chile no tiene ninguna obligación de negociar con La Paz un acceso soberano al Pacífico.

Aquello marcó un punto de tensión en las relaciones entre Chile y Bolivia, países que actualmente no tienen relación diplomática formal.

Los dichos de Arce tuvieron inmediata repercusión en Chile, ya que los parlamentarios que integran las comisiones de Relaciones Exteriores —tanto de la Cámara como del Senado— señalaron estar abiertos al diálogo, pero bajo ningún punto a ceder soberanía.

El presidente de la comisión de RR.EE. de la Cámara Alta, Francisco Chahuán (RN), señaló que “el gobierno de Chile tiene que dar una respuesta clara y categórica al Presidente de Bolivia. Lo que hace es un claro aprovechamiento, porque por un ‘gustito' condiciona un tema tan importante como la crisis migratoria. Perdieron ya un fallo en La Haya. Hay que poner sobre la mesa que buscar solución al tema migratorio es prioritario y de suma urgencia”. En la misma línea opinó el senador Iván Moreira (UDI), quien indicó que Boric “debe actuar con firmeza y rayar la cancha y no dejar que Bolivia confunda migración con soberanía”.

En la Cámara Baja, el diputado PS Tomás De Rementería dijo que Arce “equivoca el camino, poner el tema del mar como lo primero a discutir no tiene sentido, además que ya Bolivia tiene salida a los puertos chilenos, los cuales puede ocupar perfectamente. El tema de la soberanía se definió en la Corte de La Haya, el tema está saldado”, mientras que su par Raúl Soto (PPD) indicó que la soberanía es algo “intransable”.

Nuevo impasse con Buenos Aires

Ayer por la mañana el canciller Van Klaveren respondió a las críticas vertidas por el mandatario argentino, Alberto Fernández, contra la justicia chilena en el marco del caso judicial que enfrenta Marco Enríquez-Ominami, excandidato presidencial y miembro fundador del Grupo de Puebla, instancia que comparte con Fernández.

La referencia a la justicia chilena se dio en el marco de una carta enviada por Fernández al mandatario ecuatoriano, Guillermo Lasso, a raíz de la crisis diplomática entre Argentina y Ecuador, país que expulsó al embajador trasandino por una solicitud de asilo ligada a la exministra de Transportes de Rafael Correa en Buenos Aires.

En la cuenta de Twitter de Fernández se expuso: “Pero quiero que sepa también que a todos debe lastimarnos que su Patria, como en la mía, como en Brasil o como en Chile, la justicia se haya puesto al servicio de quienes persiguen opositores”.

Van Klaveren sostuvo “así como nosotros respetamos a las instituciones de nuestros países hermanos; esperamos el mismo respeto para nuestras propias instituciones”.

Por su parte, José Miguel Insulza (PS) dijo que era “lamentable” que Fernández insista en opinar de esos temas, y que le parecía “discutible” que la justicia esté persiguiendo a ME-O porque hay “bastantes poderosos que están siendo juzgados”.