Señor Director:

Quienes tuvimos el privilegio de disfrutar este fin de semana del virtuosismo de la violinista Virginie Robilliard interpretando a Brahms, y de la batuta del maestro Rodolfo Saglimbeni dirigiendo a la Orquesta Sinfónica de Chile, en la apertura de la temporada del teatro de la Universidad de Chile, dimos una ovación larga y sentida. No solo al director, a los músicos y a su interpretación brillante de Berlioz, sino también a la recuperación de un espacio relevante y ciudadano, que debió cerrar sus puertas por mucho tiempo al convertirse en epicentro de manifestaciones ajenas a la cultura.

La Orquesta Sinfónica es un patrimonio de la ciudad que nos debe llenar de orgullo, y su teatro, un lugar de encuentro y disfrute.

Gloria Stanley
Periodista