Una de las relaciones del fútbol que más se comentan es la que tiene con la sociedad y, en particular, con la política. También las tiene con la economía (por los enormes recursos que mueve por el mundo), con las drogas (por el dopaje) y con la medicina (por el tratamiento de lesiones que ha llevado a la creación de la Medicina del Deporte). Las relaciones de mayor resonancia son aquellas con referencia al medio político y al de las drogas.
En el caso de la política, algunas veces se exagera al buscar vinculaciones. Por ejemplo, se ha escrito mucho sobre las influencias de la dictadura con el deporte chileno en los años 70 y 80. Pero no fue así. Por el contrario, si las fuerzas gobernantes se hubieran interesado en hacerse propaganda con el deporte, habrían hecho varias cosas que estaban al alcance de la mano, como haberle comprado un auto competitivo a Eliseo Salazar o haber ayudado en su carrera a Martín Vargas. Lo que hubo entonces fue el interés de algunos dirigentes del deporte por parecer importantes, vinculándose al gobierno militar. Y también el de algunos militares por participar en la cosa deportiva, pero por motivaciones personales y no dentro por un desarrollo político.
Estos días, en todo caso, han sido pródigos en entregarnos casos de relación con el fútbol y la sociedad nacional.
El más bullado y extenso ha sido el de Jorge Valdivia, el “Mago”, involucrado en un conflicto con Daniela Aránguiz, su esposa, y la diputada Maite Orsini. Por cierto, el caso empezó en las páginas de la farándula, pero subió a las de la política cuando trascendió que la parlamentaria contactó a una generala de Carabineros para pedirle ayuda para el “Mago”, quien fuera detenido por no portar su carné de identidad. Y más espeso se tornó cuando se supo de la visita del exseleccionado a dependencias de Carabineros, donde habría firmado camisetas y se fotografió con funcionarios de distinto rango.
Las redes sociales se han dado un festín con la situación y la diputada debe dar explicaciones éticas en el Parlamento, además de haberse autodenunciado para defenderse de tantas versiones que la ofenden.
En otro caso de amplia difusión se ubica Francisco Muñoz, a quien usted tiene más presente como “Pancho Malo”, que el domingo estuvo frente a La Moneda, en la plaza de la Ciudadanía, alentando a adversarios del Presidente Gabriel Boric, que en el Palacio celebraba su primer año como cabeza del Gobierno. Al otro lado, en la plaza de la Constitución, se manifestaban los partidarios del gobernante.
Siempre se supo que “Pancho Malo”, el más importante referente de la “Garra Blanca”, es un ciudadano de muchos contactos, que hoy parecen radicarse en un sector político de oposición. En Colo Colo fue siempre bien recibido por los gobernantes del club.
Al otro lado del espectro político se ubicó en estos días otro colocolino, Jaime Pizarro, el recordado “Káiser”, que fue nombrado ministro del Deporte por el Presidente Boric a meses de los Juegos Panamericanos, lo que parece un reto imposible. Pero el bravo capitán sabe de desafíos y, como gran mediocampista, tiene visión periférica y sentido de la ubicación.
El otro que apareció en la vida social chilena en estos días fue Joel Soto, con paso por Colo Colo y otros once clubes de Chile y México, que fue detenido y espera condena por 22 años por tráfico de drogas y otros delitos.
¿Ingrato este último caso? Forma parte de nuestra sociedad y ocurrió en estos días.