Señor Director:

Cartas publicadas ayer condenan el fanatismo religioso, y cuestionan la capacidad de los creyentes para saber lo que hacen. Ejemplo de ello sería la reacción de muchos católicos contra una imagen muy parecida a la Virgen del Carmen, pero obra de un artista visual.

Los católicos obramos según la libertad religiosa: derecho a creer y a obrar según nuestras convicciones, en público y en privado, solos o en comunidad. Por consecuencia, a nadie imponemos nuestro Credo. Solo ante una ofensa grosera protestamos con arreglo al Derecho chileno y universal.

Nuestra religión busca la verdad en la Fe y en la Razón: sabemos por qué creemos. Y nos duele toda ironía sobre las palabras de Jesús agónico: “Perdónalos, Señor, porque no saben lo que hacen”. Expresan amor y perdón misericordioso para sus torturadores. El acusado se convierte en abogado defensor de quienes se burlan de su indefensión.

Raúl Hasbun Zaror