Las dos declaraciones aparecieron el domingo pasado en esta revista en una destacable coincidencia.
En páginas de fútbol es el longevo tricolor Agustín Farías el que nos dice: “Prefiero perder jugando bien que jugar mal y ganar”. Más adelante, Guillermo Pereira nos aclara que “Aprendes más perdiendo que ganando”, lo que dice en el documental “Full Swing”.
Se trata de uno de los temas más antiguos del deporte. Es tan antiguo como el fútbol y Fernando Riera tenía esta frase como emblema: “No se ha inventado nada mejor que ganar”, aunque nunca dijo que se debe ganar de cualquier manera y usando cualquier recurso, cosa que tal vez nunca dijo, pero siempre hizo Carlos Bilardo.
Hace solo cuatro años lo escribió el estimado colega Cristián Arcos refiriéndose a algunos bilardistas: “Prefiero ganar medio a cero, con un gol con la mano, lo que sea, pero ganar”. Y hace menos tiempo, Gustavo Poyet dijo: “Prometo que la frase ‘jugar bien y perder es mejor a jugar mal y ganar' no corre en mi diccionario”.
Por la otra orilla, el Presidente argentino, Alberto Fernández, dijo hace tres años: “Prefiero perder jugando bien antes que ganar jugando mal” (uno debe suponer que está seguro de estar jugando bien…). Y uno que sabía, Johan Cruyff, aclaraba mesuradamente: “Jugar bien sin ganar no tiene sentido; ganar sin filosofía, tampoco”.
El tema es eterno. ¿Y qué decir del “jugar a no perder”? ¿O del “cuando se juega a no perder, siempre se termina perdiendo”? ¿O “cuando no puedes ganar debes tratar de no perder”?
Aldo Cervera, técnico del Oviedo, puso un punto personal el año pasado: “Cuando se juega bien hay que ganar y cuando se juega mal no hay que perder”.
Otro muy buen punto es el que aporta el experimentado Fernando Santos, entrenador de Portugal: “Nadie gana jugando mal. Solo gana quien juega bien; lo de bonito y feo depende de los ojos que observan”. Parece una visión muy certera.
Un punto muy interesante aporta el técnico de básquetbol Dusko Ivanovic, a cargo del Barcelona en 2007: “Queremos alcanzar el nivel que te permite jugar mal y ganar”...
Lo que nos enseñan de niños es que “hay que saber ganar y saber perder”. No es fácil mantener el buen ánimo en la derrota y la humildad en la victoria. Muy pocos lo consiguen. La mayoría ni lo intenta.
Lo dicho: los puntos de vista y las preferencias no terminan nunca. Pero las grandes frases no son tantas. Y, como siempre, es una de Marcelo Bielsa la que cierra esta columna: “El éxito es deformante, relaja, engaña, nos vuelve peores, nos ayuda a enamorarnos de nosotros mismos; el fracaso es todo lo contrario, es formativo, nos vuelve sólidos, nos acerca a las convicciones, nos hace coherentes”.
Usted puede estar de acuerdo o no con el rosarino, pero creo que estará de acuerdo conmigo en que lo dice admirablemente. Como siempre.