En las dos últimas semanas esta columna se ocupó de la educación (en rigor, de la mala educación) con las posibilidades de desarrollo o deterioro del fútbol, sin que tocáramos el ausentismo escolar ni la alarmante vacancia de los establecimientos escolares y el descalabro de algunos que fueron de excelencia, hechos que también afectan al futuro de la actividad futbolera.
En una sociedad todos los fenómenos particulares afectan al conjunto, tal como en “el efecto mariposa” (el aleteo de una mariposa puede provocar un huracán en Alaska). Así, la afición por los videojuegos puede restar base a las actividades deportivas y la falta de otros esparcimientos puede desarrollar el gusto por los deportes en algún poblado. Todo tiene que ver con todo, según muchos creemos.
Para ir cerrando este capítulo sobre incidentes sociales en el desarrollo del fútbol chileno podemos tocar, por ejemplo, al periodismo. ¿Incide?
Claro que sí, aunque debemos hablar, en realidad, del “comentarismo”, pues hace muchos años que la apreciación futbolística dejó de ser ejercicio exclusivo del periodismo y hoy lo ejerce públicamente cualquier ciudadano. Está bien que cualquiera pueda comentar fútbol, lo que no está bien es que cualquiera pueda ejercer la profesión de periodista, lo que también sucede públicamente.
Ahora, respecto del periodismo, ¿ayuda este al desarrollo? Creo que sí y debe reconocerse su gigantesco progreso a través de los años. Cuando el fútbol estaba en pañales en nuestro país, también lo estaba el periodismo, ejercido por aficionados (algunos de ellos notables comunicadores) que fueron avanzando junto con un deporte que también crecía hasta llevar su afición a la universidad. De una práctica apenas alfabetizada pasó a ser una profesión socialmente apreciada y ejercida en medios de comunicación de avanzada tecnología.
El periodismo introdujo en nuestro mundo futbolístico el gusto por las estadísticas, algo largamente practicado en otros países, que se transformó en profesión para muchas personas que hoy la ejercen exitosamente y tiene nidos de excepcional rendimiento en sitios como el de la Asociación de Investigadores del Fútbol Chileno (Asifuch). Por cierto que el periodismo ha aportado al desarrollo del fútbol en el país, pues las estadísticas pueden ser, y son, un fundamento sólido para el comentario (aunque, obviamente, el criterio no se compra).
Por otro lado, el desarrollo del periodismo y de los medios de comunicación significaron un mejoramiento económico impresionante para los periodistas y esto ayudó a terminar con las “tentaciones” ante la compra de opiniones de sectores interesados en su imagen a cualquier precio. Hubo periodistas involucrados en sobornos (como en las policías, en los tribunales y ¡qué decir! en la política) y hasta en otras cosas (como en compraventa de pases de jugadores). No creo que eso exista hoy, salvo en pequeñas comunidades donde los actores son pocos y se conocen mucho. Hablo del periodismo, no de los comentadores, que son harina de otro costal con la que se hacen otras tortillas.