No solo humo nublará el cielo nacional el 2023. La cosa se ve opaca en lo económico. El FMI lo dejó claro en su último “Outlook”, el informe con proyecciones de crecimiento para 192 países. Solo 7 tendrían una caída del PIB este año y 4 enfrentarían un desplome de -1% o más. Ese “selecto” grupo lo conforman Guinea Ecuatorial (-3,1%), Sri Lanka (-3%), Rusia (-2,3%) y Chile (-1%). Pero incluso en el fondo de la tabla existen oportunidades de inversión. ¿Un unicornio? Difícil, hoy son más mitología que realidad. ¿Nueva exportación? Se le cayó el carnet. No son los 90, la liga local cambió.
Un sector sí está siendo grito y plata a nivel local. El dólar a luca no lo frenó, tampoco los dos dígitos de inflación. Y mientras la galopante intromisión del Estado amenaza, allí el riesgo es bajo. Quizás, pues su expansión ha sido gracias a la continua inoperancia del Estado. ¿Litio? No, eso va leeento. Le doy una pista: el boom se nota en el avisaje de diarios, radios, TVs, podcasts o YouTube. Anote: el mercado de productos y servicios para lidiar con la violencia y delincuencia parece inmune a cualquier recesión.
Dentro de esa industria, los fríos inversionistas deben tener la vista puesta en algunos negocios. Uno con potencial es el de blindaje de automóviles. Notas de prensa han dado cuenta de su expansión. La oferta se ha ampliado, pero hay espacio para más. ¿Solo vidrios blindados? El desde. ¿Puertas? Lo que está de moda. ¿Techo, piso y neumáticos? Para el cliente sofisticado, pero como va la cosa la demanda crecerá. ¿Desconfía del producto nacional? La opción de importar partes y ensamblar acá está tomando fuerza. Los precios son altos, pero no se comparan con el costo de lo que se busca evitar. Por eso los capitales han entrado en el negocio. La incapacidad del Estado asegura un buen retorno.
El rubro es la ampliación natural del corte remoto de corriente o el localizador de GPS en automóviles, que crecieron con fuerza en su momento (hoy sus precios son módicos y se ofrecen incluso a domicilio). Pero el inversionista avezado mira hacia adelante.
¿Qué se ve en el horizonte? Varias opciones. Una es el arriendo de maquinaria pesada. El modelo Bukele anticipa una sólida demanda municipal. No serán pocas las “narco-casas” o “narco-almacenes” que se querrá demoler. Es un negocio de alto riesgo, pero preferible al de bienes raíces, en donde algunos ediles tienen mucho que explicar. Por otro lado, la evidencia apunta a que varios incendios forestales estarían vinculados a acciones delictuales. Entonces, puede ser el momento de invertir en aviones anfibio, esos que combaten las llamas. Su demanda estaría asegurada por un Estado ineficaz.
Así que ajuste su apetito por riesgo frente a la realidad, pues “oportunidades” de inversión hay. Hasta aquí con la triste ironía (no aguanté más). Ser 189 de 192 en crecimiento en un año particular parece lo de menos frente al tamaño de la embarrada. El costo social de descontrolados riesgos que no entra en los rankings, esa es la dolorosa novedad