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Miércoles 08 de febrero de 2023
El frío, el daño a la infraestructura y la guerra entorpecen la llegada de recursos tras sismos
Rescatistas han logrado sacar a unas 8 mil personas de los escombros, pero se cree que hay cientos más atrapadas.
A medida que aumenta el número de víctimas mortales tras el terremoto de magnitud 7,8 que afectó a parte del territorio turco y sirio la madrugada del lunes, crece también la desesperación entre los rescatistas por encontrar sobrevivientes en medio de los escombros, las temperaturas bajo cero y la nieve, especialmente en el sureste de Turquía y el noroeste de Siria, ampliamente afectados por los sismos, y donde se vive una delicada situación humanitaria, a raíz de la guerra civil que impera en el territorio sirio y que dificulta la llegada de ayuda y recursos para hacer frente al desastre.
“Nos enfrentamos a una de las mayores catástrofes de nuestra región”, lamentó el Presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, en un discurso televisado a todo el país, quien también decretó estado de emergencia en 10 provincias por tres meses, mientras continúan las labores de búsqueda. En total, se calcula que son más de 7.100 las personas que han fallecido en estos dos países a causa de los sismos, y hay miles de heridos.
Al mismo tiempo, estimaciones de organizaciones afirman que aún son cientos los que están bajo los escombros, por lo que los socorristas continuaron la dramática búsqueda de supervivientes durante la noche de ayer, enfrentados a temperaturas bajo cero, la nieve y el riesgo de nuevos derrumbes. Y si bien estos factores complican sus labores, las gélidas condiciones, el daño en las carreteras y las malas conexiones a internet también son un obstáculo para el acceso a las zonas más afectadas, así como para la entrega de ayuda humanitaria.
A su vez, las bajas temperaturas aumentan el riesgo de hipotermia para las personas atrapadas, los rescatistas y para los heridos, quienes intentan entrar en calor en tiendas o junto a hogueras improvisadas con materiales sacados de los escombros, según corresponsales internacionales en terreno. “Es una carrera contra el reloj”, advirtió el director general de la ONU, Tedros Adhanom Ghebreyesus.
A la fecha, solo en Turquía se ha rescatado a más de 8.000 personas entre los destrozos, y unas 380.000 se han alojado en refugios, dijo el vicepresidente Fuat Oktay.
Conflicto
En Siria, en tanto, las áreas más dañadas por los sismos son coincidentemente las que en los últimos años se han visto más impactadas por los bombardeos y los combates, a causa de la guerra civil que afecta al país desde 2011, que tiene a un 90% de la población sumida en la pobreza y que ha obligado a más de 6,7 millones de personas a huir del país, en una de las peores crisis de refugiados del último tiempo. En ese contexto, una parte de la zona afectada por la catástrofe corresponde a territorio controlado por la oposición; entre ellas, las provincias de Idlib y el norte de Alepo, a donde se teme que no llegue la ayuda humanitaria, dado el enfrentamiento con el gobierno.
Es que enviar la ayuda para zonas rebeldes a través del territorio sirio controlado por Damasco sería complicado a nivel diplomático, y supondría que el régimen de Bashar al Assad acepta dar esta ayuda a la población de sectores opositores y que las partes en conflicto se pongan de acuerdo en su distriución, lo que los expertos temen que sea difícil de alcanzar.
“Nos falta de todo”, apuntó ayer el encargado de Salud de la oposición siria, Maram al Sheij, en una entrevista con EFE. “La situación aquí es en verdad catastrófica, un gran número de muertos y un gran número de gente herida”, dijo.
La situación, a su vez, tiene bajo fuertes presiones a las organizaciones internacionales, entre ellas a la ONU, que dijo que “exploraba todos los caminos” para llevar provisiones al noroeste de Siria, como el envío de un convoy con ayuda humanitaria que podría partir en los próximos días, según explicó el portavoz Stéphane Dujarric, donde los sirios dependen de la ayuda humanitaria para sobrevivir, y donde los constantes bombardeos ya tenían a la región destruida, con los edificios que aún quedaban en pie con estructuras muy debilitadas y frágiles.
“En el caso de Siria es posible que muchas viviendas estuvieran dañadas por las bombas en la guerra”, explica a este diario Carmen Solana, geóloga y profesora de vulcanología de la Universidad de Portsmouth. “También hay muchos pueblos con construcción tradicional o histórica (no resistente a los sismos). Es tremendo pensar que esas imágenes que vemos no solo muestran edificios destruidos, sino muchísimas vidas destruidas”, señala la experta.
Crisis de salud
Al mismo tiempo, el acceso limitado a agua potable ha alimentado un brote de cólera en gran parte del territorio sirio, que ha afectado a aproximadamente 85.000 personas desde septiembre, con Alepo e Idlib entre las áreas más dañadas, según la Naciones Unidas y que no se descarta empeore tras la tragedia.
“Necesitamos ayuda. Necesitamos que la comunidad internacional nos apoye”, dijo Ismail Alabdullah, miembro de la Defensa Civil Siria, también conocida como Cascos Blancos, en un video publicado en las redes sociales desde la provincia de Idlib, un sector en el que tras el terremoto las comunicaciones se han visto muy perturbadas, lo que ha hecho que para las organizaciones sea difícil evaluar el nivel de desastre.
“Posiblemente, la razón de que no podamos contactar a nadie en el noreste de Siria es debido a que la destrucción es más grande de lo que pensamos. Nadie escucha nada de esta parte de Siria”, señala a “El Mercurio” Patrick James Christian, experto en Medio Oriente y analista de la Valka-Mir Human Security, un centro de investigación sobre zonas de conflicto. “Mi preocupación es que haya mucha gente que no haya podido escapar de los refugios antiaéreos”, añadió el analista.
En tanto, en la zona controlada por el gobierno de Al Assad, los primeros aviones con suministros y personal especializado para ayudar en las labores de rescate de los terremotos llegaron ayer a las áreas de Siria en manos del gobierno de Damasco, procedentes de Irak, Irán, Argelia y Rusia, informó la agencia oficial de noticias siria SANA, y la Media Luna Roja siria instó a la Unión Europea a levantar las sanciones contra el régimen para agilizar el envío de ayudas.