Con reserva manejaban ayer en el Servicio Electoral los nombres de representantes de pueblos originarios que consiguieron inscribirse para participar en el Consejo Constitucional. El plazo para conseguir los patrocinios necesarios y declarar sus candidaturas terminó el lunes a las 23:59 horas y la institución todavía debe chequear que cada postulación esté en regla, al igual que la nómina general de los partidos e independientes.

Según indicaban ayer al interior del organismo, solo tres candidaturas indígenas lograron anotarse, un número que, algunos reconocían, terminó siendo más bajo de lo esperado.

En el proceso anterior, para la Convención Constitucional se definieron 17 escaños que tenían la característica de reservados para representantes indígenas: siete para el pueblo mapuche, dos para los representantes aimara y uno para cada uno de los otros pueblos reconocidos por ley. Se quedaban con el puesto los postulantes de cada pueblo que tuvieran mayor votación.

En cambio, la reforma aprobada en el Congreso para este nuevo proceso constituyente zanjó que los candidatos indígenas conformarán una circunscripción nacional en la que podrán votar aquellas personas acreditadas como parte de los pueblos originarios, aunque estos igualmente podrán optar por alguno de los postulantes de las listas de los partidos. Una vez obtenidos los resultados, se sumará el total de votos alcanzado por cada uno de los candidatos indígenas y si ese número supera el 1,5% de la suma total de votos válidamente emitidos en las 16 circunscripciones no indígenas, estos podrán optar a un escaño supranumerario, es decir, que se añadirá a los 50 consejeros a los cuales presentaron candidatos los partidos políticos. Ese escaño indígena será otorgado a la persona que haya obtenido más votos.

Para que los pueblos originarios obtengan dos escaños, el porcentaje deberá ser de 3,5% y cada dos puntos porcentuales extras se sumará un cupo más.

Los postulantes

Según conoció “El Mercurio”, dos de los tres candidatos inscritos pertenecen al pueblo mapuche. Uno de ellos es Alihuen Antileo, licenciado en Ciencias Jurídicas, quien había sido candidato también a la Convención postulando a un escaño reservado. Antileo también tuvo un paso por las JJ.CC. y el FPMR. Fue fundador de la CAM y es expresidente del directorio de la U. Arcis. Como presidente de la Plataforma Política Mapuche, presentó en octubre junto a otras organizaciones una propuesta para mantener los escaños reservados en el nuevo proceso.

Respecto de los motivos para postular, señaló a este medio que “la nueva Constitución va a regular aspectos importantes para los próximos años, como la forma de participar y si va a haber o no escaños reservados, o cupos especiales en gobiernos comunales y regionales. Eso nos interesa a los pueblos originarios, de que se atienda a un criterio de proporcionalidad y territorialidad”. Asimismo, es crítico de la fórmula para postular al nuevo órgano: “Hay una muestra de marginación y exclusión política respecto de la primera Convención. Nos encontramos en una situación de desmedro y retroceso político, cultural y constitucional”.

El otro postulante mapuche es el profesor en Educación Intercultural Julio Marileo. Es pareja de la exconvencional mapuche Rosa Catrileo, jefa de la Unidad de Coordinación de Asuntos Indígenas del Ministerio de Desarrollo Social. Tiene también un magíster en Educación en la U. de Chile.

Marileo fue condenado por la Ley de Seguridad Interior del Estado, luego de que en 2000 se le imputara un ataque incendiario a un vehículo que transportaba guardias armados a una empresa maderera en Collipulli, por lo que debió cumplir una pena en libertad vigilada y firma mensual por 14 años. “Como familia vivimos en primera persona la prisión política por la defensa de nuestros derechos”, dijo Catrileo al abordar esa situación en una entrevista a Interferencia en 2021.

Contactado Marileo, dijo que le motiva que “la voz de nuestro pueblo esté representada desde adentro, vociferando las demandas que hoy siguen existiendo. Lamentablemente, se ha generado una animadversión que a nosotros nos deja en una posición compleja, ya que no estamos en la situación de hace tres años. Hoy hay solo tres candidaturas y para el proceso anterior hubo 38 duplas”. En esa línea, recalca que en el proceso anterior la participación de los pueblos originarios “estaba garantizada, hoy no. Se colocaron barreras discriminatorias”.

El tercer inscrito es el agricultor y activista medioambiental Rudecindo Espíndola, del pueblo atacameño, quien también había postulado a la Convención. “Lo del Rechazo fue un silencio momentáneo para los pueblos originarios. Pero nuestra participación va a ser constante en todos los procesos”, dijo, reconociendo que la campaña “será compleja” y criticó que el sistema para ser elegido “más que injusto, es decepcionante. El Estado chileno vuelve a invisibilizar a los pueblos originarios”.

Otro miembro de pueblos originarios que lamentó no participar de este proceso es el dirigente Hugo Alcamán, presidente de la Corporación de Profesionales Mapuche. Su nombre estuvo entre los que impulsó el grupo de la ex Casa Ciudadana por el Rechazo, los que tomaron contacto con los dirigentes de Chile Vamos para ir por La Araucanía, pero su nombre no figuró en la nómina de los partidos. “Estos requisitos que pusieron fueron claramente para impedir la presencia indígena en la nueva Constitución. El problema que va a haber es que quedamos marginados y la nueva Constitución va a nacer con esta falta de legitimidad por parte de los pueblos originarios. No sería extraño que haya un reclamo ante los tribunales internacionales por dejarnos fuera”, dice.