Con esta palabra se recuerda la devastadora hambruna que azotó a Ucrania en 1932 y 1933, causando millones de muertes. De hecho, significa “matar de hambre”.

En el régimen estalinista de la época hubo intentos de rusificar Ucrania, prohibir su idioma propio, prevenir una posible escisión del bloque soviético y colectivizar la producción agrícola de manera violenta.

No existe acuerdo, afirma Critilo, de que se haya tratado de un acto deliberado e intencional de la dirigencia soviética, en cuyo caso podría describirse con el neologismo del jurista Lemki, quien bautizó como “genocidio” el intento de eliminar una etnia, nación o pueblo masivamente.

Ciertamente, todos conocen y recuerdan el Holocausto, asociado a las perversas medidas del régimen nacionalsocialista alemán contra los judíos europeos y otros grupos humanos considerados inferiores por el nazismo.

El Holodomor, menos conocido, podría ser precisamente en estos tiempos materia de recordación y análisis.