Señor Director:

Esta semana se cumple un año de la aprobación de la Pensión Garantizada Universal (PGU), un cambio radical en materia de pensiones en nuestro país, impulsado durante el gobierno de Sebastián Piñera.

La PGU se paga a todos los mayores de 65 años que no sean parte del 10% de mayores ingresos. Esto sea que coticen o no, que tengan lagunas o no, sean informales o tengan trabajos formales e incluso si siguen trabajando a pesar de estar en edad de jubilación. El monto de la PGU, al momento de aprobarse la ley, ascendía a $185.000 y hoy, luego de los reajustes, asciende a $206.173.

Esta política implicó duplicar el gasto de Chile en materia de pensiones solidarias e incrementar la cobertura de las pensiones solidarias a más de 600 mil personas que anteriormente no recibían el beneficio.

Con la PGU se avanza desde el antiguo pilar solidario, que provocaba desincentivos a cotizar para un grupo importante de trabajadores, hacia un sistema que reduce este tipo de distorsiones. Asimismo, en línea con lo sugerido en el Convenio 102 de la OIT, se entrega un piso de protección social que previene la pobreza durante la vejez.

Tras largos meses de complicaciones en el pago del beneficio para el grupo de potenciales nuevos beneficiarios, y luego de que distintas voces llamaran al gobierno actual a hacer las mejoras necesarias para no dejar fuera a nadie que cumpliese con los requisitos, se ingresó y aprobó durante enero una ley corta, que mejorará el test de afluencia utilizado para determinar quiénes forman parte del 90% de adultos mayores más vulnerables y así ampliar el universo de beneficiarios.

La PGU es un avance fundamental para nuestro sistema previsional, que aumentó sustancialmente y en forma inmediata las pensiones de quienes más lo necesitan, demostrando que la solidaridad puede ser financiada a través de impuestos generales sin la necesidad de que los trabajadores destinen sus ahorros a este fin.

Ahora tenemos que continuar trabajando en el pilar contributivo y voluntario, para lo cual es imprescindible que el Gobierno centre su reforma en combatir las debilidades del sistema, en lugar de continuar con su lógica refundacional.

Karla Rubilar
Exministra Desarrollo Social

Juan José Ossa
Exministro Segpres

Máximo Pavez
Exsubsecretario Segpres

Andrea Balladares
Exsubsecretaria Desarrollo Social

Pedro Pizarro
Exsubsecretario Trabajo

Alejandro Weber
Exsubsecretario Hacienda