Complicado es el ambiente vecinal. Los vecinos crean atmósfera, en este caso desfavorable para el relacionamiento, integración y cooperación entre países limítrofes.
En menos de un mes, tres crisis desataron en el vecindario gobiernos de izquierda afines.
En Perú, golpe de Estado del Presidente Pedro Castillo el 7 de este mes. Culminó con la sucesión constitucional por la Presidenta Dina Boluarte, sin respaldo partidario, séptima jefe del Estado en seis años.
En Bolivia, el régimen de Luis Arce, con un poder judicial sometido al oficialismo, encarceló a su predecesora, Jeanine Áñez, condenada a seis años de prisión. Esta semana, la persecución a los opositores de Arce cobró otra víctima: Luis Fernando Camacho, gobernador de Santa Cruz, principal líder opositor. Se le procesa por “terrorismo”. El oficialista MAS, derrotado en Santa Cruz, pretende tomar por la fuerza el control de su Asamblea Departamental y Gobernación.
En Argentina, la extrema impopularidad del Presidente Fernández se evidenció en la negativa de los campeones mundiales de fútbol a celebrar su triunfo desde la Casa Rosada. Antes se descartaba que el Presidente postulara a la reelección. A mediados de mes, la vicepresidenta Cristina Fernández fue condenada, en primera instancia, a seis años de cárcel en uno de tantos juicios en su contra, por corrupción.
Los acontecimientos trascienden a Perú, Bolivia y Argentina. La Alianza del Pacífico, acéfala. Andrés Manuel López Obrador debió entregar la presidencia a Castillo en la frustrada cumbre en México el 25 de noviembre recién pasado. La Comunidad Andina debió encabezarla Castillo hasta mediados del año próximo. Mercosur, presidido por Alberto Fernández, está en situación crítica. Uruguay insiste en negociar separadamente con China e incorporarse al CPTPP-TPP11, rompiendo una regla fundamental de esa alianza, que lleva más de 20 años negociando con la Unión Europea.
La situación justifica tanto la atinada decisión presidencial de restarse de la iniciativa de Argentina, Bolivia, Colombia y México en favor del destituido presidente peruano, como la continuación de las políticas de Estado en favor del libre comercio, ratificando el CPTPP-TPP11, y cerrando la negociación con la UE. Queda el desafío de intensificar el apoyo a la Alianza del Pacífico, la organización regional de mayor proyección, dañada por la crisis vecinal.
También está pendiente afrontar el gravísimo descontrol de la frontera norte, agravado por la creciente presión migratoria y narcotráfico, debido a las emergencias internas asumidas por las fuerzas armadas y de orden en Perú y Bolivia.
Grande es la responsabilidad del Presidente Boric en el manejo de la compleja situación vecinal. Son los jefes de Estado, asistidos por sus cancillerías, los únicos conductores de las relaciones exteriores y con amplios poderes.