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Cartas
Miércoles 14 de diciembre de 2022
Sujeto moral y Síndrome de Down
Señor Director:
En los últimos 30 años he tenido el privilegio de argumentar, en este mismo medio, en favor del derecho de las personas a las técnicas de reproducción asistida para hacer familia; a la anticoncepción de emergencia (AE) para evitar embarazos no programados; ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos, defendiendo el derecho a la reproducción asistida en Costa Rica, y en las Naciones Unidas, contra la clonación reproductiva de seres humanos. En cada una de estas instancias he argumentado desde la evidencia científica, defendido la importancia de ser riguroso al momento de usar ese conocimiento para construir pensamientos éticos, morales o de Derecho.
Mi argumento de que la mayoría de los embriones se pierden de manera oculta, resultan de publicaciones internacionales, que inicié en 1992 y 1994, luego de generar y analizar miles de datos hormonales obtenidos diariamente en mujeres sanas. Ahí demostré, junto a otros, que la mitad de todos los embarazos que se generan espontáneamente se pierden antes de hacerse visible (perdida oculta). Luego, en 2000, junto a un grupo en EE.UU., montamos la primera técnica para estudiar cromosomas en el óvulo. Nuestros datos y los de otros investigadores demuestran que más de 50% de óvulos de mujeres, entre 35 a 39 años, tienen errores cromosómicos, entre otros la trisomía 21. Esto no impide la fecundación, pero la mayoría llevan a muerte embrionaria precoz.
Investigaciones recientes, usando tecnología de secuenciación génica, demuestran que un 60% de embriones morfológicamente normales, pueden tener errores cromosómicos, que la naturaleza desecha muy precozmente. Las bases científicas que explican la enorme pérdida de embriones en la especie humana no están en duda.
Esta realidad es la que me hace pensar que no se es sujeto moral desde la fecundación; que el proceso de llegar a serlo se adquiere progresivamente y se consolida al nacer; que los cuidados debidos al embrión le corresponden a sus progenitores o a la mujer que lo lleva dentro como futura mamá; y que al nacer, el feto pasa a ser persona con derechos como todos nosotros.
Pienso que la selección de embriones cromosómicamente sanos mediante diagnóstico genético no es una práctica eugenésica destinada al “perfeccionamiento de la especie humana”. El propósito es trabajar junto con la naturaleza para que, conociendo sus limitaciones, se exprese lo mejor de ella. El acto médico consiste en ayudar a personas que sufren, a tener hijos e hijas sanas y, en lo posible, evitar el sufrimiento de vivir y transmitir enfermedades que pueden ser diagnosticadas precozmente y evitadas.
Mirando hacia atrás, me he visto enfrentado a cambiar múltiples veces mi manera de entender nuestra naturaleza. Seguiré cambiando sin susto, a la luz de la ciencia y los desafíos que nos pone la tecnología. En eso consiste, a mi juicio, ser respetuoso y agradecido de estar conscientemente vivo.
Dr. Fernando Zegers Hochschild
Programa de Ética y Políticas Públicas en Reproducción Humana
Universidad Diego Portales