Los canales de televisión que transmiten el Mundial de Qatar, Chilevisión y Canal 13, no tienen razones para hacerlo, son contratos privados y millonarios, pero sería útil y pedagógico saber los pormenores de cómo se eligieron esos 32 partidos en vivo y en directo.
De seguro negociaron con destreza y cálculo y, por supuesto, no estuvieron en condiciones de hacer lo que sin duda querían: transmitir todos los partidos en vivo y en directo, los 64, y no la realidad que se firmó: 32 y la mitad. Y la otra mitad en diferido.
Es probable que solo podían elegir dentro de lo que les ofrecían, así que no era totalmente libre la elección, es con bordes el asunto. A lo mejor no es con pinzas, sino por paquetes obligatorios. Esas cosas y otras son las interesantes de saber, porque ilustran y enseñan al fútbol en su máxima expresión, como deporte y negocio, como campeonato y televisión.
Fue una elección, la de esos 32, para un ramillete de expertos de finanzas y comerciales, programación y horarios, algoritmo de cada selección, probabilidades de unos y otros, posibles cruces, alternativas y desde luego la asesoría futbolística de los que más saben.
Entonces fueron 32 en vivo y en directo. Y los otros 32 fueron después.
En los cuartos de final, por ejemplo, se transmitieron al instante tres partidos y quedó fuera el empate a 1 de Croacia con Brasil, incluido el alargue y los penales. ¿Fue una opción o el azar, o acaso no hubo opción? No se sabe. En lo concreto: no se transmitió en vivo y en directo la eliminación del más favorito de los favoritos. ¿Mala suerte? Tampoco se sabe.
En los octavos de final, por ejemplo, fue en diferido la igualdad a cero entre España y Marruecos, más alargue, penales y la eliminación de los hispanos.
Por alguna razón, acaso por el destino y el albur fatal, esos dos encuentros con sorpresa, suspenso y resultados inesperados, no estuvieron en la plantilla del vivo y el directo.
En la fase de grupos, por otras razones o quizás por las mismas, los tres partidos de Bélgica fueron en directo, solo dos de Brasil y apenas uno de Argentina. Debe ser por un asunto de dinero, horarios y otros motivos que no se alcanzan a divisar.
¿Qué es lo que no fue en vivo y en directo?
Arabia Saudita 2 - Argentina 1.
Japón 2 - Alemania 1.
Japón 2 - España 1.
Camerún 1 - Brasil 0.
En directo, en cambio, fueron Dinamarca-Túnez, Bélgica-Canadá y Serbia-Suiza, cuyos resultados finales, la verdad, deben estar por algún lado.
Los canales, por cierto, no están obligados y no existe la costumbre de dilucidar y argumentar la decisión que tomaron. ¿No había alternativa? ¿Es una apuesta y es cosa de suerte? ¿Es la forma del negocio? ¿Se negocia obligado y no se pueden escoger partidos? ¿Da lo mismo lo que se elija?
En fin.
Esto es viejo como los signos de exclamación.
Es tan antiguo como el repetido dicho de Condorito, que de seguro morirá sin explicación.