La quinta versión del Informe de Género sobre el Sistema de Pensiones y Seguro de Cesantía (IGSPSC) que publica la superintendencia del ramo analiza en detalle algunas de las consecuencias de los retiros realizados desde los fondos previsionales. El texto ofrece, entonces, la oportunidad de constatar el devastador impacto que tuvieron esas medidas sobre los niveles de ahorro de la población.

El documento establece el monto total drenado desde las cuentas de capitalización individual a partir de los tres retiros aprobados por el Congreso Nacional —cabe señalar que muchas de las actuales autoridades, incluido el Presidente de la República, apoyaron tales decisiones, entregándoles su voto favorable en el Congreso— durante el período 2020-2021. A junio del 2022 el monto total retirado había alcanzado la sideral cifra de US$ 48.000 millones, equivalente a un 18% del PIB. El resultado de ello fueron históricos niveles de gasto que terminaron produciendo una espiral inflacionaria que aún golpea a miles de hogares.

Ahora bien, un ángulo importante de considerar al momento de evaluar el impacto de los retiros es el de género. Una primera aproximación puede ser desarrollada comparando el monto pagado respecto de los fondos ahorrados. Esto, considerando que, dadas las disparidades por género que hoy caracterizan las pensiones, una reducción superior de los fondos previsionales de las mujeres respecto de los hombres solo acrecienta tal problemática en el largo plazo. Y, en efecto, el IGSPSC indica que, como resultado del primer retiro (30 de julio del 2020), el monto pagado representó en promedio el 46% del saldo de las mujeres afiliadas y solo el 35% del de los hombres. Los retiros dos (10 de diciembre del 2020) y tres (28 de abril del 2021) tuvieron un impacto similar. En estos casos, el monto retirado representó un 41% de los saldos de las mujeres y un 32% del de los hombres.

El mayor daño previsional femenino asociado a los retiros es también confirmado a partir de la comparación de la reducción total de los ahorros previsionales: los saldos acumulados cayeron un 25% entre ellas y solo un 21% entre ellos. Por su parte, cerca de 2,3 millones de mujeres agotaron sus ahorros previsionales, en comparación con 1,8 millones de hombres. Por cierto, la recuperación de estos recursos tomará años. En el intertanto, las brechas por género en las pensiones autofinanciadas seguirán creciendo. De hecho, las mismas cifras indican que, entre los nuevos pensionados (entre julio 2021 y junio 2022), la brecha por género alcanzó el 58,4%.

Así, los números dejan en absoluta evidencia el negativo impacto de los retiros sobre las brechas por género en el ámbito previsional. Esto además tiene un considerable efecto sobre el erario fiscal, toda vez que cualquier esfuerzo público basado en transferencias financiadas con impuestos que permitan reducir diferencias, como la Pensión Garantizada Universal (PGU), requerirán mayores recursos públicos en el tiempo debido al impacto de los retiros previsionales.

De esta forma, el texto publicado por la Superintendencia de Pensiones no solo sirve para corroborar lo que se dijo desde un primer momento, en cuanto a que los retiros tendrían efectos contraproducentes en el mediano y largo plazo, sino que también para volver a educar, ahora con evidencia generada por el mismo Estado, respecto de las consecuencias negativas de este tipo de iniciativas. Ad portas de un debate parlamentario que parece encaminarse otra vez a la idea de habilitar nuevos retiros, este informe cobra particular importancia. Ya sea por la presión inflacionaria que se generaría como por el impacto en grupos que requieren un apoyo previsional importante, nuevos retiros serían derechamente calamitosos.