Dicen que en la noche del miércoles pasado el Presidente Patricio Aylwin se le apareció al Presidente Gabriel Boric cuando dormía. Este se despertó agitado y gritó:
—¡Presidente Aylwin!
—Puede decirme Patricio, joven.
—¿Estoy soñando?
—Da lo mismo. Vine a agradecerle por el homenaje que me hizo esta mañana cuando inauguró mi estatua en La Moneda. Nunca lo esperé de usted, después de la terrible columna que me escribió cuando me morí.
—Yo tampoco lo esperé de mí, la verdad.
—Parece que la necesidad tiene cara de hereje…
—Yo no soy hereje. Aquí en privado, le confieso que igual creo en Dios y a veces hasta rezo.
—Me alegra mucho saber eso. Le voy a decir…
—¿A quién le va a decir?
—A Dios.
—¿A Dios? ¿Usted habla con Dios? ¿O es un decir, como cuando Longueira comentó que hablaba con Jaime Guzmán? Jajaja…
—Yo sí hablo con Dios. Cuando me morí me vine al cielo.
—¿En serio? Me cuesta creerlo.
—Se lo voy a demostrar. Esta mañana Dios me contó que usted no quiso leer el discurso que le prepararon sus asesores, porque lo encontró frío y mezquino con mi persona y que prefirió escribir uno propio, mucho más afectuoso para homenajearme.
—Eso no lo sabía nadie. Qué impresionante. O sea que… ¡Dios sí existe! ¡Y usted se fue al cielo y los muertos pueden venir a hablar con los vivos!
—En efecto, en la medida de lo posible.
—Oiga, entonces, ya que usted está allá arriba y sabe lo que ocurre acá abajo, ¿le puedo hacer una pregunta que me ronda y me tortura desde el 4 de septiembre? ¿Es verdad o no que perdimos el plebiscito por las fake news?
—Gabriel, ustedes perdieron el plebiscito porque el texto era pésimo y los chilenos no son de ultraizquierda… no quieren refundar el país.
—Ok, gracias.
Dicen que entonces el Presidente Boric tomó el teléfono y wasapeó a su ministro favorito:
—Giorgio, sorry la hora, pero no me lo vas a creer; no te imaginas dónde está la verdadera fábrica de fake news del universo.
—Dónde…
—¡En el Cielo!
—¡¿En el Cielo?! ¡¡¡WTF!!! ¿De dónde sacaste eso? ¿Con quién estás carreteando?
—No estoy carreteando. Caché todo hablando con Aylwin.
—¿¡Hablaste con Aylwin!? ¡¡¡WTF!!! ¿Te crees Longueira? Ahora sí que nos jodimos. Oye, que no se vaya a enterar Teillier que existió esta conversación. Vuelvo a dormir. Hasta mañana.