Señor Director:

En reveladora entrevista, la subsecretaria Claudia Sanhueza admite un aspecto clave de su propuesta previsional: al inicio, el nuevo pilar de “ahorro colectivo” desahorra, porque gasta en múltiples beneficios financiados casi exclusivamente por un préstamo que pediría al Estado. Durante su fase inicial, este nuevo pilar no es de ahorro, sino de desahorro. No es de capitalización, sino de endeudamiento. Ni siquiera usa reparto, porque este último sistema no se endeuda con el Estado; solo gasta las cotizaciones recibidas el mes anterior.

Afirma que esta fase “de inicio” sería transitoria. ¿Lo será? Boric pide que los siguientes gobiernos hagan el trabajo duro: cobrar cotizaciones crecientes (gravando al empleo con seguridad social) y destinar recursos a servir el préstamo, todo sin mejorar los beneficios iniciados bajo el gobierno de G. Boric.

Esta estrategia —mi gobierno da los beneficios, los siguientes aplican los tributos— tiende a ser replicada por los siguientes gobiernos. Por ejemplo, en la campaña presidencial de 2025, los candidatos propondrían una nueva reforma previsional similar, una que postergue la cotización del empleador y obtenga un nuevo préstamo del Estado. Y por qué no, que eleve aún más los beneficios. La dominancia de esta dinámica fue explicada por Browning (1975).

Para ser políticamente estable, una reforma de pensiones debe equilibrar costos y beneficios políticos, en cada gobierno por separado. Como mínimo, que no haya préstamo del Estado y que un tercio de las cotizaciones iniciales sean ahorradas, subiendo gradualmente después.

Salvador Valdés P.
Senior fellow UA