Señor Director:

La actual propuesta de reforma previsional ocupará parte importante en la agenda pública, y para hacer que este debate sea ágil y productivo, es fundamental contar con datos confiables y transparentes, y disponibles para la ciudadanía.

La reforma contiene muchas estimaciones en los ámbitos demográfico, fiscal y financiero. Por ejemplo, muchos quisiéramos revisar las estimaciones de impactos sobre sueldos líquidos o retornos del administrador público, toda vez que varios pagos vendrán de la rentabilidad del fondo colectivo de cuentas nocionales.

El Gobierno, en particular el Ministerio de Hacienda y Subsecretaría de Previsión Social, sabe que una propuesta de alto impacto económico y social requiere sumar a todos los sectores en una discusión rigurosa y que minimice el populismo estadístico.

Para que esto ocurra, es esencial permitir acceso a todos los datos, programas, planillas, etcétera, que permitan a cualquiera replicar las estimaciones y confirmar que la propuesta tiene bases de análisis sólidas, tal como ya han venido solicitando senadores y centros de estudios.

Para quienes comentan los aspectos técnicos de la propuesta con evidencia alternativa, este principio también es válido, pues no solo evita que haya trampa o errores de cálculo, sino que también permite avanzar en una discusión creíble y con mucho más fundamento.

En la academia esto está resuelto hace tiempo. Para publicar en una revista científica un trabajo empírico, al menos en economía, se deben enviar todos los datos y códigos que permitan replicar completamente los resultados. La propuesta de pensiones debiera, entonces, acogerse a este mismo principio. Es de esperar que el Gobierno tome la iniciativa y dé credibilidad a sus estimaciones y cálculos, democratizando la información al público, y nos asegure que podremos replicar sus estimaciones para avanzar en un buen diseño en una reforma fundamental que el país debe concretar.

José De Gregorio