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Jueves 17 de noviembre de 2022
OTAN rebaja la tensión por misil que impacta en Polonia, pero culpa a Rusia del incidente
Según las autoridades polacas, el proyectil que cayó en su territorio aparentemente provino de las defensas antiaéreas ucranianas.
El pequeño poblado polaco de Przewodow entró repentinamente en el léxico de la geopolítica mundial por uno de los incidentes más peligrosos ocurridos hasta ahora en el marco de la guerra en Ucrania. El conflicto corrió el riesgo de una grave escalada, con la posibilidad de involucrar directamente a los países de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en una confrontación con Rusia, luego que este martes un misil aparentemente de origen ruso impactara en esta localidad rural cercana a la frontera ucraniana y matara a dos personas. Luego de reuniones frenéticas, sin embargo, tanto las autoridades de Polonia como de la OTAN rebajaron ayer la tensión, al señalar que no hay indicios de que se haya tratado de una acción deliberada del Kremlin.
El Presidente polaco, Andrzej Duda, aclaró que las primeras indagaciones apuntan a que el misil que destruyó una planta de cereales de Przewodow probablemente fue un proyectil de la era soviética que fue disparado por las fuerzas de Ucrania para interceptar la ofensiva aérea rusa y que se desvió por error. “Las defensas ucranianas estaban lanzando sus misiles en varias direcciones y es altamente probable que uno de esos cayese desafortunadamente en territorio polaco”, afirmó. “No hay absolutamente nada que sugiera que fue un ataque intencionado contra Polonia”, insistió el mandatario, quien previamente ordenó poner en alerta a las fuerzas militares polacas y llamó a consultas al embajador en Moscú.
La tesis fue respaldada por la OTAN, que ayer realizó una reunión de emergencia del Consejo del Atlántico Norte, su principal órgano de toma de decisiones, para analizar el incidente que afectó a uno de sus países miembros.
“No tenemos indicios de que esto haya sido el resultado de un ataque deliberado y no tenemos indicios de que Rusia esté preparando acciones militares ofensivas contra la OTAN”, afirmó ayer el secretario general de la Alianza Atlántica, Jens Stoltenberg, al remarcar que el incidente fue probablemente causado por un proyectil errante de la defensa aérea ucraniana que intentó repeler a misiles rusos que atacaron la infraestructura eléctrica de su país. Según Kiev, sus fuerzas derribaron 77 de los más de 90 misiles que lanzó Rusia el martes.
Stoltenberg recalcó que Kiev “no es culpable” por la explosión en Polonia y que la “última responsabilidad” la tiene Rusia por haber iniciado una “guerra ilegal” contra Ucrania. Según enfatizó, la OTAN “no forma parte del conflicto”, pero sí está comprometida en ayudar al país agredido “en su derecho a la autodefensa” y, en este momento, tiene como prioridad proporcionarle más y mejores sistemas de defensa aérea.
El Consejo de Seguridad Nacional de EE.UU. también apoyó la investigación del gobierno polaco, pero insistió que es “claro” que “la responsable última de este trágico incidente es Rusia” por lanzar una “lluvia” de misiles sobre Ucrania. “Rusia se enfrenta a un revés tras otro en el campo de batalla, y está colocando a los civiles ucranianos y la infraestructura civil en la mira”, dijo el jefe del Pentágono, Lloyd Austin.
La versión de Kiev sobre el incidente, sin embargo, insiste en que el misil que golpeó Polonia fue disparado desde Rusia, y abogó por una investigación conjunta. El Presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, afirmó en un mensaje por videoconferencia con los líderes del G20 reunidos en Bali que el misil “no es más que un mensaje de Rusia a la cumbre del G20”, aunque no aportó pruebas.
Moscú descartó su responsabilidad, y señaló que sus peritos determinaron que el misil que impactó en Polonia era un cohete antiaéreo S-300, fabricado en Rusia, pero utilizado por Ucrania. El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, calificó de “histérica” la respuesta inicial de Polonia, y en cambio valoró la “reacción contenida y más profesional de EE.UU. y su Presidente (Joe Biden)”, quien estimó “improbable” que fuese un ataque ruso. Más severo fue el vicepresidente del Consejo de Seguridad ruso, Dmitri Medvedev: “La historia ucraniana del ‘ataque con misiles' contra una granja polaca demuestra solo una cosa: Occidente con su guerra híbrida contra Rusia aumenta la posibilidad de una guerra mundial”.
Daño colateral
Pese a las últimas evidencias sobre el incidente en Polonia, los expertos siguen viendo con inquietud la evolución del conflicto.
“El hecho de que no se tratara de un ataque deliberado de Rusia contra un miembro de la OTAN minimiza el riesgo de una mayor escalada. Pero este sigue siendo uno de los momentos más graves y peligrosos de la guerra hasta ahora. Es la primera vez que el conflicto se extiende al suelo de un miembro de la OTAN, en este caso Polonia. Es un vívido ejemplo del trágico daño colateral que es inevitable en la guerra, y el potencial de error de cálculo y escalada”, dijo Sean Monaghan, experto del Center for Strategic and International Studies (CSIS).
Ian Brzezinski, exsubsecretario de Defensa para Europa de la OTAN, señaló a “El Mercurio” que este “trágico evento” pone en relieve “no solo el carácter injustificado y brutal de la invasión de Ucrania por parte de Putin, sino también los peligros impredecibles que conlleva un conflicto prolongado”. “La respuesta de Occidente debería incluir un aumento inmediato de las sanciones económicas contra Rusia. Eso debería complementarse con un aumento del flujo y la capacidad de las armas que se envían a Ucrania, incluidos los sistemas de defensa aérea y de misiles. Debe considerar seriamente también la OTAN, o un consorcio de naciones, el despliegue y manejo de sistemas de defensa aérea en el oeste de Ucrania. Esto ayudaría a reforzar el espacio aéreo ucraniano y proteger a los civiles en esa parte de Ucrania donde no hay guerra terrestre, y ayudaría a mitigar el riesgo de que el conflicto se desborde hacia Polonia y otros aliados”, afirmó.
Según Leah Scheunemann, subdirectora de la Transatlantic Security Initiative del centro Atlantic Council, los aliados de la OTAN “no tomarán medidas militares cinéticas en respuesta a este incidente”, y destaca que “han mostrado mucha moderación” pese a las primeras versiones.
“Cualquier discusión sobre la toma de acciones militares directas de la OTAN contra Rusia sería un proceso deliberado que comenzaría con consultas entre todos los aliados y nada sería automático, incluida la invocación del Artículo V (que activa la defensa colectiva). Sigue existiendo una preocupación generalizada entre los miembros sobre los peligros de tomar acción contra Rusia, porque muchos asumen que Putin vería esto como una escalada que desencadenaría el uso de armas nucleares”, dijo Scheunemann. “Pero la OTAN podría tomar acciones específicamente defensivas, como reforzar su presencia de tropas en los países aliados del flanco oriental de la OTAN y especialmente en Polonia, y acercar capacidades específicas de defensa aérea a la frontera con Ucrania. La OTAN aún puede tomar más medidas para seguir degradando las opciones de victoria de Rusia, lo que sí llevaría a la OTAN aún más al conflicto. Pero este incidente no es un desencadenante que inicie la Tercera Guerra Mundial, porque tal desencadenante no existe”, afirmó.