Al galope, Colo Colo sumó su corona 33. En la octava fecha tomó el mando en la tabla de posiciones y no lo soltó. Si mantiene su valla en cero en los partidos frente a O'Higgins y Ñublense, registrará apenas 16 goles en contra, los mismos que recibió el arco de Marco Cornez en la notable campaña de Universidad Católica 1987. Un dato para dimensionar la solvencia del cuadro de Gustavo Quinteros, que ratificó un axioma futbolero: los equipos se arman de atrás para adelante. No existe posibilidad de éxito futbolístico sin seguridad defensiva.
Viene la etapa de las renovaciones y las definiciones sobre la composición del próximo plantel. Fresco está el recuerdo de la temporada 2020, cuando Colo Colo jugó un partido de promoción para salvarse del descenso. Es cierto que los problemas económicos, por la decisión institucional de enviar los contratos de los jugadores a la AFC, en plena pandemia, fueron relevantes. Sin embargo, el tema central fue alargar el ciclo de un grupo de futbolistas que, a partir de algunos éxitos deportivos, terminaron transformándose en los dueños del club. El diseño del equipo no puede obedecer a sentimentalismos. Los rendimientos son la base para construir el proyecto 2023.
En esta semana de festejos, luego del triunfo en Coquimbo, Blanco y Negro confirmó que hará uso de la opción de compra por Juan Martín Lucero. Una buena noticia para Quinteros. Es claro que los albos necesitan, como mínimo, un arquero que apure a Brayan Cortés, otro zaguero central y un delantero centro, más un lateral izquierdo si se concreta la salida de Gabriel Suazo. Es el piso para aspirar a superar la fase de grupos de la Copa Libertadores. Un detalle no menor en las expectativas albas es la conducta de sus barristas. Los graves incidentes del partido con River Plate implicaron severas sanciones que se sintieron en la cancha y en la tesorería.
En la medida en que el lumpen mantenga su régimen de terror en los accesos al Monumental y carezca de control en las galerías, Colo Colo está condenado a jugar sin gente, con multas y mermas de ingresos sustantivas.
El panorama futbolístico nos depara para este fin de semana largo la lucha por el Chile 2 a la Copa Libertadores entre Curicó Unido y Ñublense. Un choque de dos instituciones que este año desplazaron a clubes con presupuestos superiores, a partir de propuestas atrevidas. En la zona baja, Antofagasta, La Serena y Coquimbo Unido pelean por redimir los pecados que los tienen en la cornisa del descenso. El pobre nivel de Unión Española, último en la segunda rueda, inquieta. Los hispanos reciben a los “piratas”, que esperan tomar aire ante un rival que mira la semifinal de la Copa Chile frente a la U, cuya revancha está programada para este miércoles 2 de noviembre.
La ida, jugada en Talcahuano, evidenció las malas prácticas de los futbolistas locales. Un empate 0-0, con escasas situaciones de riesgo, plagado de simulaciones e intentos de engañar al árbitro José Cabero, gatillaron un pleito paupérrimo. Urge una actitud diferente del referato, cuya responsabilidad es darle ritmo al juego.