Señor Director:

Chiloé tendrá que seguir esperando. La construcción del bypass de Castro nuevamente tiene problemas. La empresa a cargo de su construcción ha pedido su quiebra.

Esto es la crónica de una muerte anunciada. La incapacidad del MOP en solucionar los problemas con el Consejo de Monumentos Nacionales y de gestionar con eficiencia las obras que maneja ha provocado que una segunda empresa abandone la construcción del bypass, tal como muchos actores de la región hemos venido vaticinando en los últimos meses.

Parece ser un punto en común para las regiones este hecho de esperar. Los proyectos fuera de la capital enfrentan un nivel diferente de urgencia. Mientras que en Santiago los proyectos se empiezan y se terminan en plazos fijos, en regiones los proyectos se dilatan, se reasignan y se paralizan, ante la mirada atónita de sus habitantes.

El bypass debía entregarse en 2018. Su construcción la comenzó la empresa Besalco en 2015, pero abandonó la obra en 2018, por problemas operacionales derivados de las paralizaciones impuestas por el Consejo de Monumentos. En 2020 la obra fue adjudicada a Claro Vicuña, que, tras meses de paralización impuesta por el Consejo de Monumentos, ahora ha abandonado la obra.

Este pasado 26 de octubre el ministro García explicó en comisión de Obras Públicas que las obras, en el mejor de los casos, podrían ser retomadas en agosto de 2023. Y esto es solo en el mejor de los casos.

La historia se repite y nos toca seguir esperando. Esperando explicaciones, esperando que alguien se decida a hacer bien su trabajo, que no es otro que procurar un desarrollo equitativo para el país, para todo el país, del cual Chiloé se siente parte, sin dejar esperando a nadie.

Gabriel Ascencio
Abogado