Sin duda, los certámenes dedicados a autores menores de 35 años estimulan la creación visual, dan a conocer nombres nuevos y destacan posibles valores futuros. Así lo demuestra el 15° MAVI UC Arte Joven 2022. Sin embargo, ensombreció este certamen el parentesco entre una participante y un miembro del jurado. Obtuvo ella el Primer Premio, si bien se solucionó el problema al renunciar aquel antes de la premiación. Tal circunstancia no habría significado mayormente para el público de no haber retirado de inmediato Constanza Alarcón su obra ganadora. De ese modo, el visitante no llega a aquilatar los méritos de aquella: circunstancia bastante insólita. Empero, a partir de limitación semejante hagamos un análisis del conjunto exhibido. En general, más allá del excelente montaje, el conjunto no difiere demasiado del nivel global de calidad de otras ocasiones. Se seleccionaron 43 trabajos. Precisamente, justo a la entrada del museo nos recibe uno de los aportes más atractivos. Instalación de cuatro artistas que integran el colectivo La Farmacéutica Nacional. Consta de un muy bien filmado video en colores y un panel que recoge las propuestas y sus respectivas contestaciones sobre la pastilla médica ideal, apta para solucionar toda clase de males, desde la ignorancia y el malestar hasta la gordura corporal. Plena de humor incisivo y elegancia formal, tiene la hoy simbólica Plaza Baquedano como escenario. Ahí dos supuestas doctoras —una llega volando, cual cine fantástico, a horcajadas de una gran ave— escudriñan con estetoscopios los restos del monumento, las piedras arrojadas, el pavimento, los postes preguntándoles respecto a la “pastilla mágica”.
En el mismo recinto de ingreso acompaña a la realización anterior el aporte de Carlos Palma. Es una escultura de fundamento geométrico, ejecutada con restos metálicos de señalética del tránsito. Bien construida, guarda relación conceptual con la propuesta colectiva antes indicada. Dentro de los tres niveles inferiores del MAVI cabría destacar a Francisca Garriga, ganadora de otro certamen juvenil de muy pocos años atrás. Consecuente con su peculiar intermediario, vulgares mondadientes, crea esta vez una abstracta y sutilmente dispareja superficie cuadrangular muy oscura —castaños y negro—, de la cual emana un visceral sentido funerario. También el efecto de textura, aunque acá prima lo plano, provoca ‘El velo', de Sofía Godoy. Se trata de un fino bordado que recubre como red una especie de marina azulada, donde cielo y mar conforman una secuencia fluida. Azules, asimismo, predominan dentro de la instalación mural de Francisca Martínez. De composición muy bien equilibrada, logra armonizar ingredientes muy disímiles, si bien la protagonizan vegetales ya materializados como objetos, ya pintados.
Tampoco falta ahora un infrecuente y acertado testimonio de óleo figurativo sobre tela. Ejecución de Paula Solís, representa una escena de interior, donde el veraniego dueño de casa es invadido por el toque onírico de huemules y plantas de agresiva longitud. Llama aquí la atención su unidad formal y bello claroscuro cromático. Entretanto, Paulina Mellado sumerge hojas diversas, como ‘Tela de araña', en el interior de tres placas de resina transparente y lindo colorido. Con pinceladas minuciosas María Ossandón, por su parte, completa los paisajes convencionales y en miniatura, pertenecientes a pedacitos restantes de cerámicas domésticas quebradas. Otros tres autores nos introducen en propuestas bastante personales. María Luisa Donoso aporta una bien integrada conjunción de volúmenes y fotografías de colorido natural. Son dos esculturas con pequeñas vasijas, tejidas con huiros naturales y un grupo de nueve fotos de notable efecto volumétrico. Una más bien pequeña instalación con máquina impresora en cianotipia de cinta y despliegue de rollos de papel nos proporciona, a su vez, Fabiola Barrera. Reitera ad libitum la frase “Se busca artista” impresa sobre el angosto y larguísimo pliego.
Por último, dos concursantes consiguen desconcertarnos. De esa manera, José Jacobo Cárdenas ofrece un díptico fotográfico sin color, en el cual resulta sumamente más atractiva la porción que deja ver un particular frutero tanto por el ángulo de visión escogido como por la desafiante fruta a medio comer que incluye. En cuanto a Isidora Villarino, nos parece su aporte un paso en falso. Por entero distinto a su admirable verba habitual, añade un grupo de material constructivo de desecho, asunto mucho mejor metamorfoseado por otras autoras contemporáneas suyas.
15° MAVI UC Arte Joven 2022
Muestra sus siempre positivos resultados, a través de 46 concursantes seleccionados
Lugar: Museo de Artes Visuales
Fecha: hasta el 23 de octubre