Señor Director:

Frente a la percepción de amenaza, el cerebro emite señales de alarma que nos preparan para la huida o el ataque. Es un mecanismo básico y eficiente de autocuidado.

Lo normal es que estas señales de alerta se activen frente a un motivo específico, que la respuesta física y emocional de tensión sea proporcional al problema y que estos cambios físicos y emocionales sean transitorios, es decir, se mantengan activos únicamente mientras esta amenaza se encuentre presente.

Vivir en medio de un ambiente inseguro o estar expuestos a dificultades que superan nuestra capacidad normal de respuesta puede producir un nivel de tensión que con el tiempo nos enferma. La incertidumbre, la mala calidad de la convivencia y la inseguridad también contribuyen al deterioro de la salud mental.

Dr. Alejandro Koppmann Attoni
Psiquiatra