Señor Director:

El proyecto de reforma tributaria tiene varios defectos graves, los cuales han quedado de manifiesto en diversas opiniones vertidas desde su presentación. Prefiere a los inversionistas extranjeros por sobre los nacionales, pues aquellos pueden utilizar el 100% de lo pagado como impuesto de primera categoría como crédito en sus países de origen, mientras los nacionales hasta ahora solo pueden hacer uso del 65% de ese crédito y del 0% en el proyecto presentado.

A los extranjeros no les aplica el impuesto al patrimonio, mientras que a los nacionales pretende aplicarle el 1,8 % por sobre el patrimonio que genera flujos y también sobre el que no lo hace (ej., vivienda), lo que lo hace un impuesto confiscatorio. De más está decir en este caso que, entre muchos, el exministro Valdés y últimamente la OCDE destacan que el impuesto al patrimonio solo genera tensiones innecesarias, e incentiva la fuga de capitales a jurisdicciones donde no existe este tributo, siendo además de difícil control.

¿Será capaz nuestro Congreso de corregir estos y otros graves defectos de este proyecto, manteniendo un ambiente propicio para que nuestros inversionistas nacionales se queden y hagan prosperar a nuestro país?

Fernando Marín
Abogado