?Durante un evento organizado por Nueva Economía Fórum, foro español privado e independiente al que fue invitado a hablar el embajador de Chile en España, Javier Velasco, el presidente de la Fundación Chile-España le preguntó si “existe peligro de una repetición del estallido en Chile”. Velasco respondió diciendo que “hoy no estamos en peligro de un estallido de esas dimensiones”, pero que, de todas formas, “existen sectores que se sienten profundamente golpeados por el rechazo al texto constitucional, inmensamente progresista”, recién plebiscitado. Y luego afirmó que lo ocurrido en el país en 2019 “no era baladí”, porque para llegar a esa situación, “se requirieron 30 años de políticas que profundizaron la desigualdad”.

En Chile llamó negativamente la atención el que Velasco se refiriera en términos críticos a su propio país, precisamente en el lugar adonde fue destinado como embajador. Ello se aleja de las formas de la diplomacia en el mundo moderno. El excanciller Heraldo Muñoz lo expresó más gráficamente, al afirmar que Velasco no era el embajador del Frente Amplio, sino de todo el país, y que por esa razón debía abstenerse de efectuar críticas basadas en la posición de su conglomerado frente al tema consultado.

Pero, adicionalmente, su afirmación no se sostiene en los hechos e importa una grosera distorsión de lo que ocurrió en Chile durante esos 30 años. En particular y en relación con la desigualdad, los datos del Banco Mundial muestran los avances logrados en ese período, medidos por el coeficiente de Gini, que estima la desigualdad de los países. Este descendió de 56,2 en 1987, hasta 44,9 en 2020, una mejoría sustantiva, exactamente lo contrario a lo sostenido por el embajador.

El Presidente Boric se molestó por las críticas a la actuación de Velasco —cercano al mandatario y quien no pertenecía al servicio exterior— , indicando que, “permanentemente se busca la peor versión posible de una cuña”. Luego agregó que “ni los 30 años fueron políticas que le hicieron mal a Chile, ni fueron lo mejor que se podía haber hecho”. A su vez, Pablo Iglesias, exlíder de Podemos en España y quien se ha vuelto un comentarista habitual de la realidad nacional, se refirió al incidente afirmando que “no hace falta ser doctor en sociología para ver las causas del estallido”, por lo que “no se le puede acusar de mentir”. Por cierto, el político español también parece ignorar las cifras.

Este episodio se agrega a otros desaciertos de la política exterior de este gobierno, lo que, sin duda, requiere de una rápida corrección. Pero, además, revela que resulta indispensable, si se quiere dar un sentido de futuro al país, corregir la caricatura que utiliza el oficialismo para describir los últimos 30 años de Chile.