Vivimos en un clima de gran apatía. En el fútbol, digo. Tal vez en todo, como el país, que espera entrar en una nueva espiral constitucional. ¿Qué entusiasma al aficionado? Pocas cosas. ¿El aviso de la enigmática dirigencia de la U que anuncia un estadio para el club en algún lugar y algún día? No, porque esa la sabemos hace demasiados años. ¿La desempolvada confesión de Byron Castillo sobre su real nacionalidad? Tampoco, porque no significa que Chile compita en Qatar y, si compitiera, tampoco importa. ¿La primera nómina de Berizzo? Tampoco, aunque algunos opinan como si les importara. ¿Quién va a ser campeón? Tampoco, porque ya se sabe.
Sin embargo, en esta opción de Colo Colo al título está con seguridad lo único motivante del fútbol de estos días, animados para la chilenidad por la chicha y las empanadas. Y se debe al entusiasmo de los seguidores albos, que a pesar de todos los inconvenientes lideran con amplitud el registro de asistencias. Los aforos restringidos y las limitaciones producidas por la conducta de sus propios barristas no han sido obstáculo para llevar importantes masas a sus partidos. Siendo una celebración tan repetida en el historial del Cacique, el entusiasmo por una nueva estrella no disminuye en sus huestes.
Lo del “ecualombiano” Castillo, en cambio, no entusiasma a nadie. Esa antigua confesión suya, donde reconoce haber nacido en Colombia, posiblemente no conmueva a la FIFA. Pero debiera conmoverla y Ecuador debería ser castigado de alguna forma, pues su Federación sabía de su verdadera nacionalidad y lo ocultó, sacando provecho de una falsedad. Esa Federación debe ser eliminada del Mundial de Qatar. Y si eso se viera muy feo o impracticable, del Mundial 2026. Pero no puede quedar sin castigo, aunque para la FIFA las cosas pueden quedar de cualquier manera.
La primera nómina de Berizzo parece equilibrada. Si a usted le parece desequilibrada, también puede ser. Las nóminas nacionales dan para todos los gustos y para todos los disgustos.
Es una novedad que tengamos a dos laterales derechos a los que conocemos poco en esa función (como Juan Delgado) o en la adulta (como Nayel Mehssatou Sepúlveda) y seguramente el que jugará ahí será Paulo Díaz. Puede ser. Pero ¿qué esperaría usted para un puesto del que recién se despidió el mejor carrilero histórico del fútbol chileno, Mauricio Isla?
Algunos amigos míos creen que ya debe despedirse el seleccionador nacional de la “Generación Dorada”. ¿Y si usted fuera la cabeza técnica de la Roja dejaría afuera a Medel, a Alexis y a Vidal? ¡Por favor!
Lo que yo sé, por lo que leo, escucho y me dicen, es que Berizzo y su equipo trabajan bien, con constancia y detalle. Y que ahora entregan una nómina equilibrada, a la que habrá que ver en cancha.
Y si usted cree otra cosa, vale. En alguna fonda lo podremos discutir. Con serenidad.