Se extrañaban los clásicos en el Estadio Nacional. Universidad de Chile y Universidad Católica animarán un duelo añejo, pero vigente. El valor es diferente a los tradicionales. No estará en juego el título. Por el contrario, los azules necesitan con urgencia los puntos para alejarse de la zona de riesgo que manda al descenso, mientras en los cruzados la victoria invita a ilusionarse con un pasado reciente ganador, cuyo premio es tomar uno de los cupos a la Copa Libertadores o Sudamericana.
Después de aforos limitados y búsqueda de canchas, el Nacional reabre sus puertas para algo más de 25 mil espectadores. En un escenario y una escenografía adecuada, la interrogante es saber si la condición de local influirá en favor de la U. En Santa Laura, la hinchada se hizo notar cuando empujaron en las victorias frente a Huachipato y Unión La Calera. En un equipo con tanta juventud, donde el grueso de los mayores no da el tono, es necesario un sostén como el que baja de las tribunas. Eso sí, para que nadie se confunda: el respaldo de la gente no garantiza el triunfo. Solo es un factor espiritual, que no alcanza cuando el rival es superior o juega mejor.
La clasificación a cuartos de final en la Copa Chile, luego de eliminar a Cobresal en Valparaíso, mejora la cabeza de los futbolistas. El funcionamiento se mantiene al debe, cuesta encontrar circulación de la pelota, los delanteros de área no gravitan y las opciones de riesgo se contabilizan a partir de las maniobras individuales de los jóvenes Darío Osorio y Lucas Assadi. El retorno del experimentado Nery Domínguez otorga oficio al fondo laico.
“Son situaciones, son decisiones”, dice Miguel Ángel Russo, a la hora de tomar definiciones que generan dudas. Los reporteros azules informaron ayer que Darío Osorio no sería de la partida. Cuesta creerlo, pero si Diego López lo resolvió es porque vio algo que nosotros no observamos. La citación deja fuera a Pablo Aránguiz y Marcelo Morales, dos habituales, y convoca al banco a Luis Casanova, cuya ausencia por lesión importunó más de la cuenta a Santiago Escobar y luego a López. La torpeza del defenestrado Luis Roggiero, una de las mayores excentricidades que deja la funesta gestión actual de Azul Azul, de no buscar sustituto, costó demasiados puntos.
Al frente la UC muestra una zaga que ya se recita de memoria y viene con dos vallas invictas ante Audax en la Copa Chile. No es un dato concluyente, pero al menos levanta la confianza de una zona que sufrió demasiado, con los 31 goles que registra en el campeonato. La contundencia de Fernando Zampedri es la otra certeza de Ariel Holan. El 9 cruzado mete miedo y ante O'Higgins recuperó la pólvora. Luce cuatro tantos en los últimos tres cotejos, trascendente para un delantero que cuando no moja, sufre.
Será una jornada emotiva para José Pedro Fuenzalida, polivalente en el costado derecho de la Católica. Un futbolista responsable, criterioso, que comprendió el juego como pocos. El “Chapa” quiere irse de su último clásico a lo grande. Sabe de qué se tratan estas refriegas, donde es preferible el rigor competitivo a la iluminación de una ráfaga. En el arco lo respalda Matías Dituro. No es poco en un cruce que siempre atrapa, más aún si lo alberga el Nacional.