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Cartas
Jueves 25 de agosto de 2022
Encuestas electorales
Señor Director:
En las ocho elecciones presidenciales que ha tenido Chile desde 1989, al final de la campaña surgen las voces para matar al mensajero: hacer leyes para regular encuestas. El objetivo único de las encuestas políticas y electorales es “decirle la verdad al poder”. La sospecha en este, uno de los países más desconfiados de la tierra, es que las encuestas no hacen eso, sino que se inclinan ante el poder. Por eso tenemos 15 días de prohibición, el Tribunal Constitucional dejó de ser Constitucional y aprobó una normativa por sospecha de influencia, sin ninguna evidencia.
A 10 días del plebiscito de salida surgen de nuevo las voces para “regular” las encuestas por “ley”.
Tenemos que hacer una autocrítica; hoy tenemos encuestas que dan desde 3,3 hasta 16 puntos de distancia a favor del Rechazo, sin una clara estimación de cuántos irán a votar. Eso es producto de la ausencia de estandarización, tanto en la producción de datos como en la presentación de datos. Sin duda, al menos un encuestador acertará; hay estimaciones para muchos resultados distintos.
Hemos propuesto soluciones al problema de la estandarización. En primer lugar hemos propuesto en reiteradas ocasiones que el Estado tenga un “estándar metodológico” mínimo para hacer encuestas con fines de políticas públicas. Lo que se ha hecho en estos 32 años van desde un Trabi a un Rolls Royce. En segundo lugar hemos propuesto que el Consejo para la Transparencia implemente una iniciativa como la de transparencia de AAPOR, la asociación americana de estudios de opinión. Esto permite la evolución de los estándares acorde con la tecnología y la ciencia, mejora la comparabilidad de las encuestas electorales y su consecuente desempeño.
Se puede, existe el método para estimar cuántos votan y cuántos votos saca cada cual, solo que no se puede hacer gratis y como free rider. Chile puede mejorar en este ámbito, siempre y cuando no sean las empresas las que tengan todo el peso del financiamiento de encuestas que se publican gratis. Una autocrítica de parte de los que demandan datos de opinión también es necesaria.
Recurrir a la ley solo produce lo que estamos viviendo en estos días de prohibición, como la publicación de una “encuesta” (falsa) que dice que el Apruebo gana por 55%.
Finalmente, hay que decir que el día después de la elección a nadie le importa este tema y queda listo para que todo comience de nuevo en la siguiente elección, como el tiempo cíclico de Aureliano Buendía.
Marta Lagos
WAPOR Chile (Asociación Mundial de Estudios de Opinión)