Señor Director:

Me refiero a la entrevista a Carolina Valdivia en su edición del domingo 21 de agosto. Con la apariencia que entrega el uso de un lenguaje más bien técnico y objetivo termina dejando de lado cuestiones centrales del nuevo escenario internacional.

Reitera el énfasis comercial (la diplomacia fenicia) sin percatarse del cambio mayor que se está produciendo en el mundo como resultado de la pandemia, la guerra Rusia-Ucrania y la intensificación de la disputa China-EE.UU.: su fragmentación y la importancia acrecentada de los bloques regionales.

A diferencia del período anterior, dominado por la globalización de la economía, predominan en la actualidad las consideraciones geopolíticas. Los europeos, y en particular los alemanes por su dependencia del gas ruso, pueden dar lecciones al respecto. Si la política internacional se hará crecientemente desde los grandes bloques, ¿de dónde debiéramos buscar intervenir para tener una voz que pueda ser escuchada para salir de la irrelevancia y la marginalidad internacional en la que nos dejaron los gobiernos conservadores? La respuesta es obvia: desde nuestra América Latina, nuestro entorno natural.

Carlos Ominami