Alexis Sánchez, durante el cambio de domicilio, recibió una lluvia de consejos, más bien una avalancha, porque varias sugerencias acarreaban material pesado; quizás, bajo cuerda, aunque nunca tan debajo, una crítica velada a su agente, consejero y amigo, además de compadre, confidente, guía, aliado y cómplice.
Los representantes son eso y más, especialmente cuando se trata de un argentino, los representados chilenos y la relación se forjó hace años, con el nacimiento de la Generación Dorada y cuando un grupo de nacionales llegó a lugares que solo habían sido soñados.
Un fenómeno de escasa ocurrencia, por lo general los sueños se quedan en su esfera onírica y no se trasladan a la realidad.
Este alguien, este representante en particular, según se lee y escucha, es un ser temido fuera y dentro de la cancha, con intereses en el multiverso del fútbol y un ejército en las sombras en los medios de comunicación, donde figuran exjugadores y exentrenadores, que lo defienden y justifican con disimulo y sin exagerar, que es como se hacen estas cosas.
En el inicio del largo adiós al Inter de Milán, que culminó con Alexis en el Olympique de Marsella, se supo que Atom y Humber no están solos y llegaron Chappi y Laika, que por lo visto son machos. Pueda ser que no peleen, que es un riesgo, pero si pasa algo el jugador acudirá a El Que No Debe Ser Nombrado, ese personaje que lleva en su ADN la chispa del innovador innato, magia de zurcidor japonés, sabiduría de cantante de bolero y aire campechano a lo Don Cumpa.
Virtudes muy necesarias, porque a los representados les pasa cada cosa, generalmente con un pariente frescolín, el compadre aprovechado, la sobrina en problemas o el tío descocado. Cuando la plata es mucha ocurren estas situaciones; y cuando es poca, también ocurren.
Lo anterior se sedimenta, en el caso de Alexis, con frases inspiradas: “Las cometas se elevan contra y no a favor del viento”, donde se puede reemplazar “cometa” por “volantín”.
O bien: “Hazlo por ti, solo tú conoces tus límites. Trata de mejorar y superarte siempre, sea cual sea la circunstancia de tu vida”.
Otra frase, en el interminable traslado de Italia a Francia, fue la siguiente: “Nothing is real if you don't believe in who you are”. O sea que “Nada es real si no crees en quien eres”. Donde también todo sería real si crees en quien eres. En eso quedamos.
El resultado de la negociación de Tú Sabes Quién le reportó al jugador varios millones de euros. Esa sí que es autoayuda. La mejor frase debería ser: “Corta el leseo”, pero no figura en la categoría, por irreverente y poco pomposa.
La que sí figura es la de Arturo Vidal, que escuchó el llamado de la selva, se autoconvocó y, a pito de algo, saltó al escenario: “Siempre me aconsejaste cada vez que me caí o me equivoqué, ahí estabas. Cuando estuve solo, siempre estuviste a mi lado apoyándome. Gracias, hermano. Te quiero”.
El Que No Debe Ser Nombrado, sorprendido y sinceramente emocionado, de seguro soltó un lagrimón ácido y dulzón que se deslizó por alguna de sus duras mejillas.