Señor Director:

Hoy, 10 de agosto, después de dos años de pandemia, un pequeño grupo de egresados del Instituto Nacional en 1955 volveremos a reunirnos, como lo hacíamos año a año, en un ameno y emotivo almuerzo para celebrar el aniversario de nuestro colegio y poder así mantener viva la llama del orgullo institutano, lamentablemente tan maltratado en estos días por las nuevas generaciones, que a diferencia de nosotros, no tuvieron la suerte de formarse en el Instituto Nacional cuando este era, como dice su himno, “el primer foco de luz de la Nación”.

Administraciones ideologizadas, alumnos elegidos al azar o por otros sistemas distintos a la justa selección de los más capaces, ha derivado en la caída de nuestro Instituto en un precipicio del cual no se ve posible salida sin un cambio radical en su manejo.

El colegio que por dos siglos lideró las listas de los mejores puntajes, que le dio al país varios presidentes de la República, ministros de Estado, grandes políticos, numerosos escritores, artistas y profesionales de fuste, hoy pelea a duras penas puntajes secundarios y pasa más en paro o participando en marchas y protestas que en clases.

Hoy celebraremos este nuevo aniversario con mucho cariño por nuestro colegio, por los que fueron nuestros grandes profesores y por los compañeros de curso que ya han partido, pero lamentablemente también con mucha pena por ese Instituto Nacional que por ahora ya solo existe en nuestros corazones y en nuestro recuerdo.

Raúl Marín González
Presidente Centro de Alumnos 1955