Señor Director:

Cuando las sociedades normalizamos aquello que debiera llamarnos la atención y eso que nos vulnera, que nos angustia, no es considerado, entonces nos sentimos abandonados por las autoridades que destinan sus tiempos a otros menesteres.

Los ciudadanos de este país que hemos trabajado toda la vida ya no queremos ver en las noticias de la televisión o leer en los diarios respecto de uno tras otro delito en nuestro país. Los que deben caminar por las calles de nuestras ciudades no quieren sentir miedo, no quieren sentir malos olores, esquivar carpas o temerles a balas locas.

No es posible heredarles a los niños de nuestra patria el miedo y la desconfianza y, lo que es peor, no podemos validar esa violencia como una forma de vida a la que simplemente haya que acostumbrarse.

Las ciudades de Chile no eran perfectas, pero había espacios públicos donde se podía estar sin temor, había vida de barrio tranquila y nuestros hogares sí eran refugio. Las ciudades de hoy están lejos de ser las que soñamos jamás. Es momento de que las autoridades realmente pongan el foco donde la mayoría de los chilenos queremos y necesitamos que se haga. Es su deber y de nadie más.

Patricia Iglesias Z.