Señor Director:

En estos días ha estado en el centro de la polémica el uso de un equipo de seguridad que se llama “body scan”, el que supuestamente evita el ingreso de armas y otros elementos prohibidos a las cárceles. Por otro lado se reitera el hecho de que las organizaciones criminales están operando desde el interior de ellas.

En carta anterior propuse como solución el uso del locutorio de vidrio en las cárceles más complejas. Esto significa que los presos de más alta connotación criminal no tienen o no tendrán contacto físico con sus visitas, con lo cual se evita el ingreso de elementos prohibidos y la planificación de acciones criminales, de las cuales sus visitas suelen ser cómplices. También se evitaría el ingreso de celulares, por lo cual sería posible controlar la comunicación que actualmente tienen desde el interior hacia el exterior de los recintos penitenciarios.

Hace más de 25 años se intentó sin éxito utilizar esta infraestructura llamada locutorio en la Cárcel de Alta Seguridad (CAS). No contó para ello con apoyo político, específicamente de la Comisión de Derechos Humanos de la Cámara de Diputados, lo que derivó finalmente en la planificación y ejecución del rescate en helicóptero de cuatro frentistas, entre ellos los asesinos de Jaime Guzmán.

Me parece que en la actual circunstancia se debe llegar a un acuerdo para utilizar esta infraestructura, así como el control de las comunicaciones escritas y orales, permitidas en el reglamento penitenciario, pues ha demostrado en otros países ser altamente eficaz para controlar el crimen organizado que se planifica desde el interior de los recintos penitenciarios.

Claudio Martínez
Ex director nacional de Gendarmería