Señor Director:

Felicito a la familia de Esteban Alarcón Muñoz (carta del domingo) que les inculcó a sus hijos los valores del esfuerzo sistemático en el estudio y el trabajo para lograr superarse y tener una vida mejor. También celebro la solidaridad que siente Esteban hacia quienes no lograron lo que él ha logrado: ser el primer profesional de su familia.

Lamento, eso sí, que crea que sus éxitos fueron logrados “porque muchos se quedaron atrás”. Eso no es efectivo. Solo sería cierto si las oportunidades y la riqueza de un país fueran fijas y las personas solo pudieran progresar a costa de la miseria de otros. Pero eso no es así.

Las oportunidades y la riqueza de Chile aumentaron con fuerza durante los años de crecimiento económico sostenido. La inmensa mayoría de los chilenos, con los valores inculcados a Esteban, mejoró su situación personal en ese período. Probablemente lo hicieron en forma desigual, pues somos distintos, y no todos se esfuerzan igual ni tuvieron la suerte de tener un ejemplo de abuelo como Esteban. Hay que reconocer, sin embargo, que los socialistas de todos los partidos han tenido éxito en inculcar un sentimiento de culpa a los que estudian y trabajan con ahínco y progresan como consecuencia de su esfuerzo.

Que Esteban no se deje engañar. Sus éxitos no se lograron a costa de nadie. Él los logró por sus méritos y el ejemplo de su familia. La riqueza no está fija. Crece, y cuando lo hace, permite que muchos progresen. Y ese progreso que él ha logrado no ha sido a costa de nadie.

Julio Dittborn C.