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Cartas
Martes 19 de julio de 2022
Esto no es la sopa de Mafalda
Señor Director:
Seguramente, muchos recordamos la cara de desasosiego que este famoso personaje de Quino tenía frente al plato de sopa que se veía obligada a tomar cotidianamente a pesar de sus quejas. Algo así es la sensación que el Presidente Boric pareciera haber querido suscitar en la ciudadanía, porque sus palabras pueden traducirse en lo siguiente: “si no les gusta el plato servido —que es la propuesta constitucional—, no se preocupen, que les volveremos a servir el mismo plato”.
La democracia nos abrió el camino del proceso constitucional, pero no nos podía garantizar que la propuesta que saliera de este proceso fuera de nuestro agrado. En el caso de ganar la opción que rechaza la propuesta, lo democrático es que el pueblo soberano sea el que decida qué quiere y cómo lo quiere. Presuponer que después del 4 de septiembre hay un único camino trazado si el resultado es desfavorable a la propuesta constitucional es prescindir de la intervención del pueblo soberano en una decisión que solo él puede adoptar.
Será que terminaremos diciendo como Mafalda: “los políticos mucho hablar, mucho prometer, pero no hacen lo verdaderamente importante: ¡Prohibir la sopa!”. Está claro que el pueblo de Chile decidió mayoritariamente abrir un proceso para una nueva Constitución, pero no necesariamente para repetirse la misma sopa.
Gladys Camacho Cépeda
Profesora titular de Derecho Administrativo, Departamento de Derecho Público Facultad de Derecho, Universidad de Chile