Señor Director:

En la discusión sobre impuestos se echan de menos las preguntas clave: ¿Qué va a hacer el Gobierno con los impuestos que recaude?

Hace algún tiempo, de visita en Finlandia y Suecia, pregunté a varios colegas por el tema de la alta carga tributaria y si ella no les incomodaba. La respuesta fue contundente: “A mí no me preocupa tanto cuánto pago, sino la información acerca del gasto y la calidad de lo que yo recibo por ese pago”.

En Chile, se ha centrado la discusión en si el nivel propuesto es inferior o igual a la OCDE. ¿De qué me sirve a mí saber que yo pago igual que la OCDE?

¿Sería mucho pedir, a las autoridades, que informen, pública y claramente, acerca del uso actual de los recursos recaudados? Doy algunos ejemplos:

1) ¿Cuánto costó, en definitiva, la operación de la Convención Constitucional y cuánto recibieron, en definitiva, cada uno de los convencionales? Circulan muchas cifras altísimas, que deben aclararse por el bien de la transparencia.

2) ¿Cuánto es el costo efectivo anual total de operación del Fonasa y cuántos pacientes atiende el sistema, por año?

3) ¿Cuánto es el costo efectivo de las diferentes subvenciones que el Estado entrega a personas y a grupos y organizaciones sociales y a cuántas personas llegan esos beneficios?

4) ¿Cuánto es el costo efectivo de operación de algunos ministerios clave —Educación, Salud, Interior (fondos regionales), etcétera—, separando lo que va a remuneraciones y lo que va a inversiones y pago de servicios?

Estos, como dije en un comienzo, son solo algunos ejemplos de las cuentas que el Gobierno debiera publicar y difundir (no basta con que los datos estén disponibles para conocimiento del Congreso y de la Contraloría). Solo así la ciudadanía, la que paga, podrá calibrar su disponibilidad y entusiasmo para apoyar o cuestionar una posible reforma tributaria.

Fernán Ibáñez
Miembro 100 Líderes Mayores