“¿Vamos a ganar?”, preguntó Evo Morales hace unos días mientras sostenía en sus manos el libro azul con el logo de la bandera chilena descompuesta en trozos, que es el ícono de la Constitución escrita por la Convención Constitucional.
El video que registró ese momento muestra a un Evo algo desconfiado, incrédulo, y su cara hacía algo así como una mueca de dolor. “¿Vamos a ganar?”, dijo, con una voz titubeante que transmitía miedo. Tanto así que el chileno que respondió la pregunta se rio un poco, como si le reprochara su falta de fe, y le planteó de vuelta: “Está difícil, pero vamos a ganar”.
Uno podría detenerse a hacer el análisis electoral de la escena, pero a mí me preocupa otro asunto, de corte gramatical. Es esto: cuando Evo Morales dice “vamos”, hay un “nosotros” implícito. Entonces, ¿quiénes componen ese “nosotros”? Además de él, claro.
¿Es que acaso Evo Morales es parte del comando del Apruebo? ¿Dirigirá, por ejemplo, la sucursal boliviana de esa entidad? ¿O su apego hacia el libro azul de la bandera rota se debe a que ayudó a confeccionarlo? ¿Será que es cierto lo que denunció un profesor de derecho de Valparaíso que afirmó que el texto del libro azul de bandera rota tiene artículos idénticos a la Constitución de Bolivia? ¿Quizás Evo Morales cedió los derechos de autor a la Convención chilena para que no pudiese ser acusada de plagio y por eso se siente parte del proceso y por eso pregunta si “vamos a ganar” o no? ¿O será que simplemente ve el mundo de manera dicotómica y siente que todos los miembros de la izquierda internacional son parte del mismo team (todas las voces todas, todas las manos todas)?
De nuevo, ¿qué somos los chilenos para Evo? ¿Por qué le afecta tanto, como si le doliera, el proceso constituyente chileno?
Es importante responder esa duda, porque un malentendido sería fatal. Le ocurrió algo así a un amigo mío. Un colega suyo un día le lanzó la siguiente pregunta a quemarropa: “Llevamos dos años pasando la noche juntos, ¿ahora qué somos?”. Menos mal que mi amigo es rápido para responder, y le dijo: “Somos lo que somos; nocheros de un edificio”.
Dicen que para Evo Morales la causa más importante de su vida es conseguir una salida soberana al mar para Bolivia.
Por eso demandó a Chile ante La Haya y ha hecho de todo para lograrlo. Pero le ha ido muy mal, porque perdió en la corte y en los foros políticos donde ha levantado el tema.
Por eso, ¿no será que Evo Morales abriga la esperanza de que el texto constitucional que redactó la Convención de Elisa Loncon, Stingo, Bassa y otros simpatizantes de la causa boliviana de la salida al mar le ayudará a cumplir su sueño? No sería raro, y no hay por qué juzgar a Evo por eso. Él tiene todo el derecho de querer cumplir sus sueños.
No me malinterpreten; no tengo nada contra Evo Morales. La única pregunta que me gustaría responderme es quiénes son los “nosotros” que habitan detrás de la pregunta de Evo sobre si “¿vamos a ganar?” o no el plebiscito del 4 de septiembre.