Señor Director: A medida que se analiza la propuesta de la nueva Constitución aparecen nuevas voces alertando sobre su contenido. La prestigiosa revista inglesa The Economist publicó una nota donde califica el texto de “fiscalmente irresponsable y excesivamente progresista”. El lenguaje impreciso del nuevo texto garantizará décadas de disputas sobre lo que realmente significa, a juicio del semanario. La mirada desapasionada y sin sesgos de analistas externos releva las mismas inquietudes que hemos levantado diversos actores sobre los negativos efectos económicos que experimentará el país de aprobarse esta propuesta. Es lamentable que en la discusión local cada vez que se realizan válidas críticas, exconvencionales e incluso representantes del mismo Gobierno se apuren a calificarlas de fake news, sin la disposición a despejar las inquietudes que expresan quienes razonablemente esperan hacerse un juicio sobre lo que se votará en septiembre.

Imagino que ahora no calificarán a The Economist como amplificador de fake news. Lo realmente preocupante es que más que noticias falsas, lo que trae el texto constituyente son malas noticias, para el país y su gente.

Gonzalo Said
Empresario