Director:

Me refiero a la carta aparecida el domingo titulada “Un gran amigo de Chile”, referida al fallecimiento del expresidente de México Luis Echeverría Álvarez. Me permito señalar que discrepo ampliamente de dicha carta y de su encabezado, y lo hago desde mi perspectiva como chileno, pero también como hijo de madre mexicana. Soy educado en el colegio en Chile, pero estudié la universidad en México (soy abogado en Chile y en México).

Personalmente considero que el rompimiento de relaciones que efectuó el señor Echeverría con Chile fue hecho de mala fe, traicioneramente, y afectó por décadas la tradicional relación de amistad entre Chile y México. Yo lo viví en carne propia, por motivos familiares y personales. Más que un amigo de Chile, diría que fue amigo de Salvador Allende, y solo fue amigo del Chile que Allende representaba. Fue una amistad partisana.

Interesantemente, Luis Echeverría era gran amigo de Fidel Castro y de su tiranía comunista, a la que protegía y respaldaba en los foros internacionales, mientras denostaba a Chile. Pero, por otra parte, a pesar de su izquierdismo conocido, no dudó en 1968, como secretario de Gobernación (ministro del Interior), en ordenar la indiscriminada masacre de estudiantes izquierdistas en la Plaza de las Tres Culturas de Tlatelolco. Hombre muy consecuente, como puede apreciarse.

Juan Alberto Díaz Wiechers