Señor Director:

Perdón por insistir, pero ahora es el lector Patricio Cueto el que entendió mal las cosas al sugerir que yo confundo desacuerdos con desmesura. De más está decir que los desacuerdos son propios de toda sociedad democrática y abierta (por ejemplo, Apruebo o Rechazo), los cuales no incluyen necesariamente la desmesura (si gana el Apruebo, será un completo e irreversible desastre para el país; si lo hace el Rechazo, la violencia y el vandalismo se tomarán las calles).

Los desacuerdos ponen en movimiento la política; las desmesuras, ya sean propias o ajenas, en ocasiones rayanas en la histeria, la distorsionan e intoxican.

Agustín Squella