Señor Director:

El 21 de noviembre del año pasado, el contralor general de la República llamó la atención al entonces subsecretario Juan Francisco Galli, por criticar a dos candidatos a la jefatura de Estado y lo instó a abstenerse de repetir tales opiniones.

Fue una muestra interesante del celo mostrado por el ente contralor en su objetivo de velar por la legalidad, resolviendo aspectos relacionados con el derecho a la libertad de expresión, consagrado en la Constitución.

Será interesante ver qué criterio se aplica ahora frente a la campaña “¡Hagamos historia!”, que comenzó el sábado, que incluye una interpretación más que discutible sobre lo que ha sido nuestra cronología constitucional.

Cuando se asegura en un video del Gobierno que el proyecto de nueva Constitución sería el primero escrito “en democracia”, se está usando una hipérbole inexacta para “enmarcar” la eventual nueva Constitución, presentándola como la antítesis legítima y democrática de todos los textos constitucionales anteriores, lo que resulta más que debatible desde el punto de vista historiográfico y muy parcial desde el punto de vista político-coyuntural.

El Gobierno puede informar, pero no opinar sobre las alternativas que están en juego en una campaña electoral, usando los recursos y las plataformas que provee el Estado y llamando a inclinarse por una de las alternativas del plebiscito. Esto es claramente inapropiado, como ya han señalado algunos líderes de opinión y autoridades, no todos de oposición.

Pedro Anguita
Ricardo Leiva
Doctores en Información y Comunicación