Señor Director:

En distintas ciudades de nuestro país se ha venido produciendo un deterioro progresivo en sus centros cívicos e históricos.

En el caso de Viña del Mar es muy evidente. La plaza Vergara, el Teatro Municipal, la calle Valparaíso, el Hotel O'Higgins, entre otros muchos espacios y construcciones tradicionales del sector, son actualmente pobres y tristes remedos de lo que fueran orgullos de la ciudad.

Los centros cívicos son fundamentales. En cada uno de los edificios, plazas, calles y monumentos se remarca su historia y su espíritu fundacional. Esto configura un paisaje urbano único y propio, lo que provoca identificación y reconocimiento por parte de sus habitantes. Con su impronta venida a menos o destruida, se pierde esa conexión identitaria, lo que termina finalmente en un profundo desapego e indolencia cuando son vandalizados.

Insto a las autoridades responsables a que tomen conciencia de lo anterior y en forma decisiva impulsen proyectos para su protección, conservación y sobre todo su puesta en valor.

Por otro lado, se reconoce como una intención positiva el haber finalizado la impecable remodelación del Palacio Vergara. Una luz de esperanza y un ejemplo digno de destacar.

Espero que se le respete y cuide en el tiempo y no tenga un futuro tan desolador como el del actual centro de la ciudad.

Gonzalo Montero M.
Gestor cultural y patrimonio