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Cartas
Viernes 24 de junio de 2022
Vacaciones, sexismo y pobreza
Señor Director:
La decisión del Gobierno de extender las vacaciones de invierno es lo que en el ámbito de los estudios feministas se conoce como sexismo laboral. El sexismo consiste en la discriminación de personas en razón de su sexo, pero aún más específicamente, en actitudes que tienden a preservar estereotipos de género convencionales. En este sentido, la decisión del Gobierno de priorizar la extensión de las vacaciones para enfrentar el déficit de camas covid es sexista, porque descansa en el supuesto de que “alguien” habrá de soportar, sin posibilidad de elección ni compensación económica alguna, el costo de una medida sanitaria. Y ese alguien, de conformidad a los estereotipos socioculturales vigentes en Chile, es la mujer.
La última encuesta Casen (2009-2017) muestra una tasa de participación laboral femenina de 48,9%, muy inferior al 71,6% de los hombres. Esta brecha explica que el monto promedio del ingreso autónomo femenino ascienda a $269.861, frente a un promedio de $482.691 para los hombres. En tanto, el 19,4% de las mujeres que no participan del mercado laboral atribuyen su inactividad a la necesidad de ocuparse del cuidado y quehacer domésticos.
Bajo una perspectiva feminista, la extensión de vacaciones impone gravosamente a la mujer el costo social de la medida, en razón de estar ella (por convención cultural) prioritariamente encargada del cuidado del hogar. Esta “convención” se designa como un estereotipo de género laboral, porque la sociedad no valora ni retribuye el rol doméstico de manera paritaria.
El Gobierno se ha autodefinido como feminista, y sin duda frente a decisiones como esta cabe preguntarse si está actuando en contradicción con lo que cree, o si bien su noción de feminismo es sectaria y hegemónica. En este sentido, la pretensión de algunos sectores por limitar la ética feminista a la lucha por derechos sexuales y reproductivos relega los intereses y demandas femeninas a un segundo lugar.
Lo cierto es que esta medida será subsidiada social y económicamente de manera sustantiva por las mujeres, en particular por las jefas de hogares monoparentales pertenecientes a los deciles de menores ingresos de nuestra población.
Fernanda García
Subdirectora ejecutiva FARO UDD