Señor Director:

Esta semana hemos podido constatar que el cierre de escuelas parece ser una política pública aceptable para el Estado, y que puede ser aplicada por motivos de salud, violencia, contaminación, etcétera.

Ante esta triste realidad, que desconoce la evidencia acumulada tras los años de cierres vividos durante la pandemia y sus dramáticas consecuencias, nos preguntamos: con la propuesta de nueva Constitución que le entrega aún más poder sin contrapesos al Estado (mencionado más de 12 veces en los artículos referidos a educación en el borrador) y que debilita el rol de los padres (mencionados solo una vez), ¿cómo podremos ejercer realmente nuestro rol de apoderados de asegurar el acceso a la educación de los niños?

Como movimiento ciudadano que busca consagrar el derecho de los niños a una educación digna y presencial, levantamos una señal de preocupación que debe ser compartida por todos quienes queremos un futuro mejor para las próximas generaciones.

Deborah Nun;
María Teresa Lagos;
Jazmín Aravena;
Valentina Rebolledo;
María Teresa Romero
Escuelas Abiertas