Señor Director:

Mi querido amigo y compañero de la generación 69 de los ingenieros de la U Felipe Tomic, en su muy razonable carta dominical, invita a los ciudadanos a leer con calma, intercambiar opiniones y votar tranquilos en el plebiscito. ¡Bien por él!

Mas, su aparente ecuanimidad se vio superada por su evidente “palo oblicuo a los Amarillos por Chile”, con nuestras Alertas Amarillas y Rojas que “caen en el catastrofismo y predicen escenarios de terror”.

Si por caer en el catastrofismo se refiere a que hemos enumerado las consecuencias concretas de capítulos específicos de la Constitución, por ejemplo en plurinacionalidad extremista y desmembradora, sistema político inaceptable e inestable, descentralización extremista y desintegradora, Poder Judicial debilitado y políticamente vulnerable, o normas que implican grave deterioro de la inversión y el empleo... entonces me declaro “Catastrofista Honorario”.

Hay que informarse bien, rechazar para reformar, y mejorar los extremos fundamentalistas del proyecto constitucional, transformándolo así en una verdadera casa de todos los chilenos. Se puede en plazos más bien breves y se debe.

Mario Waissbluth