Señor Director: “Cuando le pedí recomendaciones a mi jefa —trabajando en la Oficina de Protección de Derechos de la Infancia (OPD) en una Municipalidad chilena—, me dijo ‘eres una excelente trabajadora, tu único problema es que te preocupas demasiado de tu hijo'”. Este testimonio —que nos llegó esta semana a través de las redes sociales— viene a revelar una incoherencia que existe en Chile respecto de la crianza de niño/as y adolescentes. La política lleva años hablando de “poner a los niño(a)s primero” y las organizaciones crean departamentos de protección a la infancia, cuando en la práctica critican y castigan transversalmente a las personas que ejercen labores de crianza. ¿Cuántas veces hemos escuchado la frase “no contratamos mamás porque son un ‘cacho'”? Al parecer olvidamos que ya no es posible cuestionar la relación que existe entre la presencia y los vínculos de apego —en especial durante la primera infancia—, pues toda la evidencia científica apunta a la necesidad de que una madre, un padre o ambos ejerzan una coparentalidad positiva. Derecho humano que todo niña(o) tiene, al menos por ley, en este país.

¿Cuándo vamos a hacernos cargo de que esta incoherencia está enfermando a nuestro país? Los malos indicadores de salud mental materna; los altos índices de depresión y ansiedad en preescolares; las tasas de suicidio adolescente, de consumo de alcohol, de consumo de marihuana y la violencia que estamos viendo en los colegios es (en parte) consecuencia de aquello.

Verónica Campino García-Huidobro
Cofundadora de Arriba Mamás Chile

Jacqueline Deutsch Galatzan
Miembro de Arriba Mamás Chile