Si este columnista hubiese leído declaraciones atribuidas al presidente de la ANFP en el último Consejo de Presidentes, habría pensado que se trataba de un artero ataque a Pablo Milad. Pero pudo escuchar y ver un video con esas palabras, y con ello confirmó que realmente dijo, para explicar la ruinosa situación financiera del organismo, que “ha sido un gasto increíble el hecho de tener tantos partidos clasificatorios”. Lo dijo.
Y también expuso perlas administrativas como esta sobre los gastos: “En cuanto a premios, a los gastos de chárter, más los precios de los hoteles, por las comidas que piden los muchachos, por cada jugador, 350 dólares diarios…”. Realmente lo dijo.
Si esto parece increíble, más lo es la forma, o una de las fórmulas, de solucionar el déficit: “Eliminar el uso del VAR en todos los partidos”, quedando reservado solo a algunos encuentros. No son las del presidente las únicas declaraciones pintorescas; Cristián Aubert, representante de la U, sugirió que “cuando se nomina por primera vez a un jugador, deberíamos hacerlo firmar algún tipo de documento que se relacione más al honor de jugar por la selección que al tema asociado a los premios y el negocio”. También dijo: “Nosotros, como Federación…” ¿Cómo Federación? Notable.
En fin, la idea es cómo disminuir pérdidas ascendentes a 7 mil millones de pesos. En la parte optimista, el presidente ha dicho que la situación mejorará en el futuro.
Puede parecer mucha plata 7 mil millones, pero tal vez no es tanto, según otro caso de finanzas que se trabaja en estos días.
El Consejo para la Transparencia (CPLT) solicitó a la Tesorería General de la República (TGR) entregar a Alejandro Torres Mussatto, experto en finanzas corporativas y académico universitario, documentos relativos a clubes del fútbol profesional, para “conocer el detalle de algunas obligaciones de los clubes del futbol profesional chileno, en materia de convenios celebrados entre dichos clubes y la Tesorería General de la República (algunos de los oficios fueron emitidos en conjunto con el Servicio de Impuestos Internos)”. La Tesorería se negó a entregar la documentación, alegando aspectos de secreto y reserva, aunque finalmente el CPLT determinó la obligación de hacer la entrega en enero pasado.
De inmediato se produjo la reacción de Blanco y Negro y de Azul Azul, que contrataron a importantes (y carísimos) estudios jurídicos para obtener que la justicia impida esa entrega y de ese modo se hagan públicos los documentos que los perjudicarían.
¿Por qué los perjudicarían? Es posible que se descubra que la Tesorería, y también Impuestos Internos, hayan favorecido a las dos sociedades anónimas con recursos que no se aplican a los particulares y empresas contribuyentes en general. Puede haber otros motivos para pretender el silencio y el secreto, hasta aquí ocultos por intereses económicos, políticos, personales, vaya uno a saber.
Hasta aquí, lo único claro ha sido la exposición del profesor Alejandro Torres en La Red Deportes. Deberá enfrentarse a dos poderosos equipos de abogados. ¿Ganará, esta vez, la transparencia?