Francis Cagigao tiene razón cuando plantea la urgencia de Chile por reclutar un seleccionador. Su argumentación posee un dato incontrarrestable: la cantidad de entrenamientos que el técnico de la Roja dispondrá en la gira por Asia, donde Chile se medirá con Corea del Sur y retornará a la Copa Kirin. Ese número de prácticas, más los 270 minutos que implicarán esos cotejos determina un material de enorme valía para el futuro proceso.
Cuando Marcelo Bielsa inició el extraordinario ciclo que llevó a Chile de regreso a la Copa del Mundo, lo hizo casi desde cero. El rosarino, con escaso tiempo, por el comienzo de la ruta a Sudáfrica en octubre de 2007, aprovechó los partidos en Viena con Suiza y Austria, pero sobre todo enero de 2008, cuando tuvo concentrado al equipo para la gira por Japón y Corea del Sur. Luego vino Toulon, donde terminó de moldear el grupo que iniciaría la operación “Retorno” frente a Bolivia y Venezuela. Con seguridad fueron más de 50 entrenamientos en esos cortos meses, pero de altísima exigencia y superlativo rigor competitivo.
Esa receta, simple en el papel, es la que necesita Chile para refundar su selección. Por eso no da lo mismo el nombre que se instale en el complejo “Juan Pinto Durán”. Se requiere liderazgo y convencimiento, porque no es posible generar espacio para la negociación o el cogobierno en el vestuario. Es racional que en la etapa que viene los viejos estandartes queden fuera de las citaciones, porque de lo contrario nunca sabremos cuánto pesan los jóvenes que asoman o se insinúan como opciones de recambio. Luego, al llegar la etapa competitiva, si aún están vigentes, por supuesto que serán bienvenidos, pero como lo hizo Marcelo Salas en 2007.
Se menciona a Eduardo Berizzo. Es cierto que viene de un mal resultado en Paraguay. Sin embargo, el “Toto” conoce como pocos este medio, la idiosincrasia del futbolista local y posee el aval de ser la mano derecha que le discutía y cuestionaba a Bielsa muchas decisiones. Carlos Carmona no llenaba el gusto de Bielsa, ni siquiera para una citación. Berizzo lo convenció de los atributos del coquimbano, que terminó como volante de contención en las eliminatorias y el Mundial de 2010. Campeón y finalista de los torneos cortos con O'Higgins, el cordobés es una gran carta.
Esto servirá siempre y cuando el consejo de presidentes de la ANFP actúe con inteligencia y pragmatismo. Si quieren vender jugadores, no hay otra opción que potenciar a sus figuras a través de un entrenamiento de carácter internacional. Con Bielsa y Jorge Sampaoli los convocados retornaban a sus clubes como si hubieran tenido una pasantía en el Manchester United, Real Madrid o Bayern Munich. Si los dirigentes son visionarios y entienden algo de fútbol y no de la siútica “industria” (como llaman al fútbol), les quedará claro que el paso por “Pinto Durán” es determinante. Reformar la temporada, jugando un torneo corto hasta abril-mayo, para dar facilidades a los clasificados a los campeonatos internacionales, es una opción que favorece a todos, incluyendo a la Roja.
Se pueden dar miles de soluciones, pero en este juego no se ha inventado nada mejor que mejorar, potenciar y desarrollar a los protagonistas.